La condena del cirujano quiteño Carlos López Ayala, por una presunta “falta de atención” médica a la ciudadana francesa Charlotte Mazoyer (que falleció en el quirófano), me recordó la entrevista a un famoso neurocirujano en el sitio BBC Mundo, Salud. El entrevistado, Henry Marsh, con 35 años de práctica profesional y autor del bestseller mundial en inglés Ante todo no hagas daño.

La entrevista me resultó relevante para comprender la situación del Dr. López Ayala en aquel fatídico día de la cirugía. Hoy está encarcelado como consecuencia de lo que parecería una injusta sentencia. Es que en la publicación me atrajo el elocuente dicho entre los médicos británicos, compartido por Marsh a la entrevistadora Inma Gil Rosendo: “Hacen falta 3 meses para aprender a hacer una operación, 3 años para saber cuándo hacerla y 30 años para saber cuándo no hacerla”, y, también su propia conclusión: “Cuando eres joven quieres operarlo todo, eres optimista, eres entusiasta. Después empiezas a acumular malos resultados y empiezas a entender que una operación no es la solución para todo”, lo cual revela la formación de la prudencia del profesional. Esta nota me ayudó a observar el contexto de la contingencia de gravedad que hubo de manejar el doctor López, y al mismo tiempo valorarla para operarla e intentar salvarle la vida a la señorita Mazoyer.

Es decir, el galeno no incurrió en omisión ni retardo para atender a la paciente. En primer lugar, cuando fue llamado acudió pronto. En segundo lugar, entendió que la operación era necesaria y la practicó, independientemente de los tristes resultados. Por tanto, no se podía ni puede imputar omisión de su deber de dar atención médica. Así, le resultaría impropia la sanción penal del artículo 13 de la Ley de Derechos y Amparo al Paciente que se le impuso al indicado doctor López. Teniendo en cuenta que aquella es para “los responsables de un centro de salud que se negaren a prestar atención a pacientes en estado de emergencia”.

De lo que conozco, el doctor López nunca fue el responsable del centro de salud, ni en lo médico ni en lo administrativo, ni hay constancia procesal de su supuesta negativa a atender a la paciente. El doctor López en la misma noche en que Charlotte sufrió heridas graves de bala, en medio de un intento de robo, fue llamado de la clínica para atender la emergencia de la paciente y llegó en 5 minutos. Efectuó exámenes previos y una cirugía que por lo compleja se extendió algunas horas.

La sentencia condenatoria podría ser remediada si la Corte Nacional resuelve el recurso de revisión que interpuso su abogado. El defensor habría demostrado que la clínica tenía un listado de médicos para atender emergencias y Charlotte ya había sido ingresada por la sala de emergencias cuando fue llamado su defendido. El doctor López era el tercer cirujano de la lista. Antes se intentó con los dos primeros… uno estaba fuera de la ciudad y el otro tenía apagado su celular.

Las balas disparadas por los delincuentes causaron la muerte de la paciente. (O)