Ahora sí, con la proximidad de las elecciones, existe por parte de personas que debieron controlar el uso de los dineros del Estado, un frenesí por descubrir, informar y sancionar a los que de una manera voraz “se alzaron con el santo y la limosna”.

Se trata de miles de millones de dólares, quizás los ingresos más abundantes que ha tenido el Ecuador; de manera que limosna, ni de casualidad.

Y nunca se enteraron del estruche que, día a día, sufría el país en toda institución que manejaba el dinero del pueblo.

¿Alguien cree semejante desconocimiento?, nadie en su sano juicio.

Los paraísos fiscales crecieron sin duda alguna, las mansiones en tierra pelucona, por supuesto; pero en la Trinitaria, ninguna; los estudios en el exterior, claro que sí; y en Yachay ni un solo hijo de los nuevos ricos, ahí van los de a pie, los del bono, los que los eligieron, para desgracia de todos nosotros.

Si esta acción que ahora menciono la hubieran adoptado desde el primer día de gobierno neocomunista, se estaría en otro nivel nacional e internacional.

Pero siempre el pero, el malsano foro de Sao Paulo (Brasil) nos tenía preparado un desastroso fin para acabar con una patria grande, íntegra, solidaria y libre.

¡Viva el Ecuador de siempre!(O)

Ignacio Granja Rousseau, doctor en Medicina, Guayaquil