Desde muy pequeño frecuento un hermoso paraje natural, inducido primero por mis padres,? llevado por la brisa fresca, el pan en horno de barro, y la conversación de sus amigos de este sitio; luego yo, atraído por el anidar de las golondrinas en la centenaria iglesia (1537), el montar a caballo por los caminos veraneros...

Ahora a diez minutos de General Villamil Playas, la parroquia San Jacinto de El Morro promete desarrollo al turismo rural; está rodeada del bosque seco, de un cerro emblemático que simula a un hombre acostado (cerro del Muerto), buenas vías de acceso y un puerto de brazo de mar? (puerto de El Morro), donde se disfrutan los avistamientos de delfines y una rica gastronomía marina. Los lugareños, gente ya preparada a nivel superior, emprendedores microempresarios agrícolas, han mejorado sus casas antiguas, han invertido en genética de caprinos, bovinos e introducido mejores? razas caballares.

Se puede todavía al caer la tarde emprender largas caminatas al Cerro del muerto, solo acompañado por un “bejuco plazarte”, y regresar al pueblo a comer el pan de horno de leña y tener? amenas conversaciones en el parque central.

Salir muy temprano en la mañana a caballo con un grupo de amigos con rumbo a Data de Posorja, “a paso de tranco” para que los animales resistan, y llegar a? degustar platos típicos de la costa; descansar en una hamaca frente al mar y al caer el sol, regresar “sobreandando” los caballos; contando historias de “muertos aparecidos” y gastando bromas ente nosotros.

Otra ruta de paseo a caballo más larga es desde El Morro, pasando por Pocitos, Sitio Nuevo, San? Miguel, San Juan hasta Ayalán, y regresando con apoyo de unos vehículos. Todo este sector está por ser declarado área protegida, por su fauna, flora. Me alegré al leer por la prensa del proyecto de Aguas Profundas impulsado por el Gobierno Nacional en la parroquia Posorja, que está cerca de El Morro, traería mejores? vías de acceso, más turismo, inversiones y trabajo a los nativos.(O)

Pedro Pablo Jijón O., ingeniero, Guayaquil