El pasado 22 de abril concluyó el VI Congreso Internacional Bananero y la XXI reunión de Acorbat, que intempestivamente cambiaron su sede de Costa Rica a Miami, con el argumento de que se corría enorme riesgo que asistentes de países donde prolifera el mal de Panamá pudiesen transportar adheridas a sus calzados las dañinas esporas. Lo más sorpresivo fue que se acordó que Ecuador organizara los próximos dos eventos antes mencionados, pero en territorio no bananero, por idéntica razón. Y así se hará en los siguientes 6 años. No estando de acuerdo con esa decisión, pues hay medidas de control de viajeros que pueden aplicarse, solo se explica en el nerviosismo de su probable diseminación.

Efectivamente, se cierne la peligrosidad de exterminio de la apetitosa fruta, de no encontrarse una respuesta que detenga el avance de la enfermedad, que ha provocado destrucción de miles de hectáreas. Es ocasionada por un hongo del grupo Fusarium, raza tropical 4, que habita en el suelo, penetra por las raíces y toma los vasos conductores de agua y nutrientes, provocando la muerte de los plantíos. El mal de Panamá no tiene cura observando los métodos tradicionales, siendo la única solución la sustitución con variedades invulnerables, que no existen para nuestro medio, con productividad adecuada y aceptables condiciones de degustación y venta. No se ha manifestado aun en el continente americano, pero lo acecha.

El congreso de Miami, con más de mil asistentes, aprobó una trascendental declaración suscrita por doce científicos, que debe adoptar Ecuador, asumiendo un liderazgo, cuya señal inicial sería convocar a los presidentes de países latinoamericanos productores de banano, que acuerden una posición común frente al flagelo y un trabajo permanente de investigación, inexistente en el país, hasta lograr la ansiada variedad, que no se doblegue el temible mal, conservando las virtudes que reclaman los mercados. Es de mencionar que ya se ha logrado éxito en regiones del sudeste asiático, pero las líneas prometedoras no se ajustarían a las condiciones locales, lo cual exige inaugurar sin pérdida de tiempo un concertado programa público privado, con suficiente financiamiento, que pueda exhibir, antes de cinco años, una variedad resistente ecuatoriana.

En el afán de mantener viva la conciencia nacional sobre la magnitud del eventual daño, el Colegio Nacional de Ingenieros Agrónomos del Ecuador realizará el 16 y 17 de mayo, en las universidades Católica de Guayaquil y Técnica de Machala, respectivamente, un ciclo de conferencias, que tendrá como número central la intervención del afamado científico norteamericano Randy C. Ploetz, uno de los más conspicuos estudiosos, que destacó con gran suceso en la reunión de Acorbat en Miami.

Randy C. Ploetz exhibe la autoría de varias obras especializadas en enfermedades de banano, con énfasis en mal de Panamá, es coautor de publicaciones indexadas y conferenciante principal en congresos y reuniones técnicas, desde la identificación del hongo, comportamiento, forma de penetración e impacto en las plantas, rol de los microorganismos del suelo, con precisas recomendaciones para evitar su difusión. Tendremos la gran oportunidad de escuchar el pensamiento de un experto de gran valía internacional, de enorme beneficio para nuestro principal producto agrícola de exportación.(O)

El Colegio Nacional de Ingenieros Agrónomos del Ecuador realizará el 16 y 17 de mayo, en las universidades Católica de Guayaquil y Técnica de Machala, respectivamente, un ciclo de conferencias, que tendrá como número central la intervención del afamado científico norteamericano Randy C. Ploetz.