Día de los Trabajadores: movimiento sindical se vio fraccionado, pero celebró la derrota en las urnas a Daniel Noboa por el no al trabajo por horas

Un movimiento obrero fragmentado, pero que elevó una sola voz en contra del gobierno de Daniel Noboa Azín y a su propuesta de crear la modalidad de trabajo por horas, caracterizó la conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores que se tomó las calles del centro de Quito.

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Este miércoles 1 de mayo se recuerdan 138 años del Día Internacional del Trabajo y como es costumbre los movimientos sindicales y de trabajadores expresaron sus reclamos de mejoras laborales y respeto a los derechos adquiridos, en una jornada que fue pacífica y multitudinaria, en la que se notó la ausencia, por ejemplo, de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie).

Quito no fue la excepción. Desde las 08:00, en dos puntos distintos, pero en la misma avenida 10 de Agosto, se conglomeraron dos protestas que no se juntaron.

El Frente Unitario de Trabajadores (FUT) y sus filiales, como la UNE, la CEOSL, la UGTE y otras, iniciaron su protesta desde la antigua Caja del Seguro Social y pretendía llegar a la plaza de San Francisco. No tuvieron éxito, pues los ingresos estaban sellados con mallas metálicas y los obligaron a llegar a la plaza de Santo Domingo.

La segunda unía a los trabajadores del Consejo Provincial de Pichincha y del Municipio de Quito, instituciones lideradas por la prefecta Paola Pabón y el alcalde Pabel Muñoz, líderes políticos del movimiento correísta Revolución Ciudadana (RC).

Los sindicatos de los gobiernos locales se adelantaron a los del FUT en la caminata que se extendió por al menos diez cuadras de la avenida 10 de Agosto y Guayaquil, que cruza por el centro histórico de la ciudad.

Banderas rojas y blancas pintadas con la hoz y el martillo —símbolos de la unión obrera campesina— matizaron el ambiente junto con gritos y cánticos en contra del régimen «neoliberal» de Daniel Noboa. Aunque también se repartieron pasquines de un nuevo colectivo Bloque Proletario, que plantea el «desenmascaramiento de las cúpulas» de los movimientos existentes.

José Villavicencio, presidente de turno del Frente Unitario de Trabajadores, exaltó como una victoria para este 1 de mayo que el electorado le dijo no a las preguntas D y E del referéndum y consulta popular del 21 de abril de iniciativa gubernamental, porque buscaba «legalizar la esclavitud moderna», reformando la Constitución y el Código del Trabajo para implementar una modalidad de régimen por horas; y reconocer el arbitraje internacional.

«Haber dicho no a estas preguntas, sobre todo cuando el Gobierno y los empresarios quisieron a través de la consulta popular romper el candado del 327 de la Constitución. Sin embargo, el pueblo le dijo: ‘Presidente, queremos trabajo, pero trabajo digno. No a la precarización laboral. Esa es la principal reivindicación, pero también decirle que el país le exige seguridad, respeto a la soberanía y en contra de la corrupción y la política neoliberal», subrayó Villavicencio.

Las expresiones populares se diferenciaban unas de otras por tomar distancia.

Una masa de trabajadores vestidos de amarillo representaba al Consejo Provincial de Pichincha, cuyo secretario general, Wilmer Padilla, pidió al mandatario que derogue el Acuerdo Ministerial 0054 emitido en el 2015 para que se pueda implementar una contratación colectiva sin techos presupuestarios.

Enrique de la Cruz, presidente de la Asociación de Trabajadores de la Empresa de Agua Potable de Quito, pidió agilidad en la atención médica en el IESS; mientras que Marco Guerra, presidente de la Federación Regional Centro Oriente de Organizaciones Sindicales, exhortó a implementar políticas que generen empleo, pero que no contemplen el trabajo por horas porque eso es un «retroceso legal».

El clamor era similar en otros dirigentes como Luis Uquillo, secretario del Sindicato de la Empresa Metropolitana de Aseo, o Francisco Espín, directivo del Sindicato de Trabajadores del Municipio.

La protesta antigubernamental de los trabajadores incluyó también a trabajadores de la Presidencia de la República que lograron dar vida jurídica a su sindicato en septiembre del 2023, después de varios años de enfrentar obstáculos.

Los manifestantes llegaron a eso de las 10:40 hasta la plaza de Santo Domingo y se dispersaron para retornar a sus lugares de trabajo, pues muchos no tenían permiso y podrían ser sancionados al ser clasificados como un sector estratégico.

Paulatinamente fueron llegando al mismo punto los gremios que son parte del FUT, cuyo presidente, José Villavicencio, se dirigió hasta una de las entradas para intentar ir a la plaza de San Francisco.

Hubo un ligero encontrón con miembros de la Policía Nacional, que echaron gas pimienta y se retomó el control.

Casi 30 minutos después, un camión llegó a la histórica plaza y se transformó en la tarima de los dirigentes sindicales para agradecer a sus bases y reprochar al Gobierno nacional sus políticas laborales.

«¡El gobierno de Daniel Noboa está asustado. Hemos vencido al gobierno neoliberal!», decía Villavicencio, quien aclaró al jefe de Estado que la plaza de San Francisco «no es su hacienda».

«Este 1 de mayo es para exigir seguridad, trabajo digno y decirle no a la esclavitud moderna», agregó el sindicalista, quien hizo un llamado a prepararse y discutir las alternativas para derrotar al presidente Noboa en los comicios generales del 2025.

Era casi el mediodía de este miércoles y otros grupos llegaron a la plaza quiteña sorprendiendo a quienes ya se iban. No eran sindicatos, pero sí exigían a Daniel Noboa que pida perdón al Gobierno de México y dé a Jorge Glas, exvicepresidente de la República, condenado por hechos de corrupción, el salvoconducto para que pueda salir de la cárcel La Roca. (I)