Los presidentes de Colombia y Venezuela, Gustavo Petro y Nicolás Maduro, respectivamente, pidieron a su homólogo de Ecuador, Daniel Noboa, que reconozca el asilo político al exvicepresidente Jorge Glas que otorgó el gobierno de México el pasado 5 de abril.

Mientras tanto, la Cancillería de Bolivia anunció “el establecimiento de una comisión de Estados” para hacer seguimiento del estado de salud de Glas “en aras de prevenir daños irreparables”.

Las posturas de estos gobiernos coincidieron este martes 16 de abril en la reunión virtual de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), en la que se discute el ingreso de la Policía Nacional ecuatoriana a la sede diplomática del país norteamericano para detener a Glas, el pasado 5 de abril.

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Por este incidente, México presentó una denuncia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en la que pide suspender a Ecuador de la ONU hasta que ofrezca una disculpa pública por allanar su sede diplomática.

Glas se encuentra recluido desde el 6 de abril en la prisión de máxima seguridad de La Roca, en Guayaquil, donde supuestamente inició una huelga de hambre.

En este contexto, Gustavo Petro manifestó: “El señor Glas debería ser reintegrado en su derecho al asilo, en mi opinión personal, y si el Gobierno de México decide ir a la Corte Internacional de Justicia y a las Naciones Unidas los acompañaremos”.

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“Espero del Gobierno ecuatoriano pensar en América Latina, independientemente de la posición política e ideológica, pensar que América Latina no se merece otros cien años de soledad”, agregó el presidente colombiano.

Nicolás Maduro señaló: “Debe ser restituido el (ex) vicepresidente Jorge Glas a la Embajada de México, reconocerle el asilo político, darle el beneplácito y viajar a recuperar su salud física de las torturas, en México”.

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En tanto que el presidente boliviano Luis Arce ratificó la posición que la canciller Celinda Sosa indicó en la reunión de cancilleres de la Celac en el que se propuso “el establecimiento de una comisión de Estados” para hacer seguimiento del estado de salud de Glas “en aras de prevenir daños irreparables”.

El pasado 5 de abril la Policía Nacional ingresó por la fuerza en la embajada de México en Quito para arrestar al exvicepresidente en la administración de Rafael Correa (2007-2017).

El político se encontraba en la embajada desde diciembre de 2023, había solicitado asilo en México y esperaba un salvoconducto para dejar el país.

El Gobierno mexicano rompió relaciones con Ecuador y lo denunció ante la Corte Internacional de Justicia, al considerar que el ingreso a su embajada en Quito violó el derecho internacional y su soberanía.

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Glas debía cumplir ocho años de prisión por condenas previas en dos casos de corrupción. Sin embargo, salió de la cárcel en 2022 tras una cuestionada medida cautelar, luego de estar cinco años preso, y debía presentarse periódicamente ante las autoridades.

Sobre este asunto el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador reaccionó este martes luego de que Noboa manifestó que no se arrepiente de ordenar el allanamiento de la embajada de México, y dijo que, para resolver el conflicto, “invitará a López Obrador a comer ceviche” o “probablemente tacos”.

AMLO contestó: “Y (quiero) defender el derecho de asilo, los perseguidos por razones políticas deben ser apoyados, protegidos, por el derecho de asilo, es parte de nuestra tradición de política exterior y eso se tiene que defender, es lo que estamos planteando”.

Un Tribunal de la Corte Nacional de Justicia declaró el viernes 12 de abril la detención de Glas dentro del local diplomático como ilegal y arbitraria, aunque lo dejó encarcelado al tener pendiente de purgar la condena por el caso Sobornos y por asociación ilícita en el caso Odebrecht. (I)