Las cifras económicas no son alentadoras a las puertas del cambio de mando en diciembre del 2023. Dificultades fiscales, relacionadas con la caída de ingresos, especialmente de los petroleros, una baja ejecución presupuestaria y los bajos saldos de la Caja del Tesoro son algunas de las características de la economía del país, según relató Walter Spurrier, director de Análisis Semanal, esta misma semana en su conversatorio “La Economía después de Lasso”, en el que se analizaron los escenarios económicos para el 2023 y 2024.

De acuerdo con el análisis, existe un grado importante de subejecución presupuestaria. Al momento ya ha transcurrido un 67 % del año, pero el gasto apenas alcanza un 59 %. E incluso la ejecución en inversión tiene un menor desempeño (45 %). Adicionalmente, los atrasos alcanzaron $ 1.700 millones a agosto.

Mientras tanto, el saldo de la cuenta del Tesoro bajó y se ha colocado en apenas $ 271 millones, lo que representa un descenso interanual de $ 1.400 millones. Si a diciembre se llegara en estas mismas condiciones, habría problemas para cubrir, por ejemplo, los pagos de diciembre del sobresueldo navideño.

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En el panorama también está la caída de las reservas que llegaron a estar en $ 9.000 millones, pero que ahora se han colocado en $ 6.900 millones (al 1 de septiembre).

De acuerdo con el plan financiero 2023 actualizado a junio: “La proyección de ingresos y gastos a nivel de la caja fiscal durante el ejercicio 2023 no presenta saldos negativos, sin embargo, la dependencia al financiamiento externo y a la colocación de títulos valores internos hace necesario que se cuente con planes contingentes que permitan cubrir las necesidades temporales de liquidez…”.

Entre tanto, a futuro, el cierre del bloque Yasuní ITT reducirá la producción petrolera en 12 %. Actualmente este bloque produce 57,8 mil bpd. En el caso de cerrarse la llave de manera inmediata, esto podría generar 778 millones menos para las arcas fiscales. El BCE estima que la pérdida de estas ventas significa un recorte en el crecimiento del PIB de 2,9 % acumulados durante los primeros cuatro años a partir del desmantelamiento.

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En este complejo panorama, Spurrier comentó cuáles son las alternativas que podría tomar el nuevo mandatario o mandataria que gane la segunda vuelta electoral.

Ambos candidatos han dicho que podrían tomar las reservas internacionales. Esto sería monetizar el déficit fiscal emitiendo ecuadólares vía un registro contable en el Banco Central y/o usar el dinero del encaje bancario, que es de los depositantes.

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La otra opción es pasar la cuenta a los ciudadanos vía elevación de impuestos. En el caso de Luisa González, de RC, el plan contempla progresividad para elevar impuestos, aunque no indica cuáles.

Daniel Noboa, de ADN, también propone una elevación tributaria para el rango mayor de impuesto a la renta personal al 40 % (actualmente 37 %), pero a cambio reducirá el impuesto a la renta corporativo a 22 % (actualmente 25 %).

También se podría elevar el precio de los combustibles. Sobre este tema, González habla de focalizar subsidios manteniéndolos solo para la agricultura y transporte; mientras que Noboa no se refiere al tema.

Reducir gasto es una salida, pero muy difícil de cumplir. Entre tanto, el mercado de capitales está cerrado para Ecuador, por lo que se le hace cuesta arriba conseguir financiamiento.

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De acuerdo con el análisis, en el 2023 hay necesidad de financiamiento por $ 9.600 millones.

Aunque la deuda pública se ha reducido, el Gobierno busca relajar la situación y para ello emitió un decreto ley sobre finanzas públicas. Sin embargo, la posibilidad de que sea aprobado por la Corte Constitucional se ve lejana. (I)