En mayo pasado, la Empresa Pública Ferrocarriles del Ecuador entró en un proceso de liquidación, por decisión del presidente de la República, Lenín Moreno, como parte de las medidas para reducir el tamaño del Estado.

Cuatro meses después, en septiembre pasado, un hombre, que prefiere mantener su identidad bajo reserva y que conoce la línea férrea como la palma de su mano, constató el deterioro de las rieles y los durmientes en una caminata que realizó desde Bucay hasta Alausí.

Víctor, como lo llamaremos en la narración, recorrió 60 kilómetros en dos días y halló varias afectaciones en la estructura metálica y en las posibilidades de movilidad.

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"En el sector conocido como Naranjapata, concretamente en el kilómetro 101 de la línea férrea, han cercado con alambre de púas, porque la gente que vive a lo largo de la vía tiene sus animales, sus caballitos. Entonces han cercado para que el animal no coja el camino y se vaya largo. Por ahí hay unas rocas que han caído por ahí encima de la línea", contó el hombre que tiene conocimiento del sistema ferroviario del país.

Vecinos de la línea férrea han cercado ciertos tramos. Cortesía.

Muy cerca de ese punto, en el kilómetro 112, Víctor halló más daños: a causa de la naturaleza y de la mano del hombre.

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"Cada riel tiene 10 metros, es un estándar. Justo en ese kilómetro está un riel desempatado. Está libre, no es que se ha arrancado, le han sacado desatornillando, sacando las tuercas, los pernos, con todo se han llevado, parte de los durmientes (maderos transversales al eje de la vía que sirven para mantener unidos y a la vez a una distancia fija los dos carriles que conforman la vía). Los durmientes que han quedado están en la mesa firme, en la trocha de la vía. De ahí el resto se han llevado: unos cuarenta metros", dijo el hombre a este Diario.

En el kilómetro 112 está incompleta la estructura metálica que conforma la línea férrea. Cortesía.

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En ese mismo kilómetro hay un tramo de la línea férrea que ha quedado sepultado. Víctor explica que esto ocurrió por el colapso de una quebrada que era usada para proveer de agua a las locomotoras a vapor.

Las vertientes de agua también han afectado a la estructura metálica y a los durmientes, a unos cinco kilómetros de Huigra.

"De allí hasta Alausí está el desastre de los durmientes completamente en estado deplorable, no sirven para nada. Habían comprado durmientes de madera, supuestamente decían que eran de madera importada, pero no ha durado eso. Hay ciertas partes en que han utilizado durmientes de hormigón. Eso está bien todavía. De Huigra a Sibambe son durmientes de madera que ya prácticamente no sirven para nada. Está todo hecho talco", aseguró Víctor.

Ante la falta de mantenimiento de la vía férrea hay bloqueos ocasionados por derrumbes y crecidas de ríos. Cortesía.

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El hombre con conocimiento en ferrocarriles dijo que busca visibilizar esta situación para que el Gobierno recupere el sistema ferroviario en beneficio de los pueblos que hasta hace unos meses unía la línea del tren: "Esto lo hago para que la gente tome amor al sistema ferroviario. para que aboguen por la empresa".

Futuro incierto

Ferrocarriles del Ecuador entró en liquidación en mayo pasado por decisión del presidente Lenín Moreno, como parte de las medidas de reducción del gasto público ante la crisis económica que vive el país. Sin embargo, el Gobierno busca concretar una alianza público-privada para rescatar la red ferroviaria, declarada Patrimonio Cultural de la Nación.

Así también, municipios como el de Alausí (Chimborazo) han mostrado su interés por solicitar la competencia del tren, al menos, en la zona de influencia del cantón.

“El tren generaba el movimiento económico del cantón. Hemos pedido la competencia para hacernos cargo en el tramo desde el Puente Negro hasta la parroquia Huigra, pero no tenemos buenos resultados hasta ahora”, dijo Rodrigo Rea, alcalde de Alausí, a EL UNIVERSO, semanas atrás.

Solo en el 2019 llegaron más de 50.000 turistas, en su mayoría atraídos por el paseo en tren en la considerada como una de las rutas más difíciles del mundo.

En junio pasado, el alcalde de Mocha (Tungurahua), Danilo Ortiz, expresó también su interés por solicitar la competencia del tren. En ese sentido, el Concejo Cantonal resolvió pedir la competencia de la administración ferroviaria. Ortiz argumentó que por el cantón atraviesa la línea férrea por alrededor de 32 kilómetros. (I)