El escenario para las elecciones nacionales del 2021 exhibió una inclinación de las fuerzas políticas por constituir alianzas electorales provinciales, más que nacionales.

Según los informes preliminares del Consejo Nacional Electoral (CNE), apenas tres alianzas electorales para la Presidencia de la República se inscribieron, en tanto que existen 46 a nivel provincial. Este domingo el pleno prevé reunirse para conocer el informe jurídico con el total de acuerdos inscritos hasta el 3 de septiembre último, como parte del proceso de democracia interna.

En ese contexto, de 96 organizaciones políticas habilitadas para participar en estos comicios, 22 nacionales y 45 provinciales realizaron elecciones primarias para elegir a sus precandidatos.

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De esto, 48 agrupaciones promovieron alianzas en 21 provincias del país.

Alcanzar estos acuerdos no es una tarea fácil para los sujetos políticos, pero conlleva “beneficios mutuos” para las partes.

Por ejemplo, posicionan su fuerza política a nivel local, ganan votos para garantizar su existencia jurídica; y con las reformas al Código de la Democracia acceden a un 20 % adicional del Fondo de Promoción Electoral para promocionar sus candidaturas durante la campaña electoral.

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Además de que para incentivar estos acuerdos se fijó que en el cómputo del porcentaje de votación obtenido por una alianza se asigne el mismo porcentaje a todas las organizaciones participantes.

De acuerdo con los reportes del Consejo, el Partido Social Cristiano (PSC) inscribió alianzas electorales en ocho provincias con siete movimientos provinciales; y dos con nacionales como SUMA y Unión Ecuatoriana.

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En Manabí, la alianza es con Unidad Primero, liderado por el exprefecto de la provincia Mariano Zambrano. En la Sierra buscan su espacio, en Chimborazo, en un acuerdo con el movimiento Renovación, fundado por el alcalde de Riobamba, Napoleón Cadena; y en Bolívar van con SUMA, con el actual asambleísta Ángel Sinmaleza. En Napo también se aliaron con SUMA y Unión Ecuatoriana.

Para el director nacional del PSC, Alfredo Serrano, el objetivo final de estos acuerdos es “sumar votos” y “objetivos”.

“Las alianzas ayudan a ganar elecciones, y nos ha ido bien cuando las hemos hecho. Además, si bien somos la mayor fuerza política del país, no presentamos binomio presidencial, lo que refleja la muestra del desprendimiento del PSC para evitar la dispersión del voto”, insistió.

El PSC es una las tres alianzas nacionales constituidas para apoyar al binomio presidencial de CREO, integrado por Guillermo Lasso y Alfredo Borrero. Aunque, en las listas de asambleístas nacionales y parlamentarios andinos irán con sus candidatos propios.

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Geovanni Atarihuana, director nacional del Partido Unidad Popular (PUP) afirmó que los acuerdos políticos fortalecen el trabajo político a niveles locales, “potencian una tendencia y ayudan a tener una victoria electoral”.

Es así que resolvieron apoyar a Pachakutik (PK) y su binomio presidencial Yaku Pérez y Virna Cedeño, aunque no se logró inscribir esa alianza. Los acuerdos se limitaron a nivel local bajo el nombre de Minka por la Vida, con lo que irán con candidatos en provincias como Guayas, Zamora Chinchipe, Los Ríos, Loja y Orellana.

Para Atarihuana, el sistema actual de alianzas está diseñado para “complicar” a las organizaciones políticas. Y ejemplifica que no existen definiciones claras de cuál es el porcentaje que deben alcanzar todos los integrantes de las alianzas o la exigencia de que primero se hagan sus primarias y luego los acuerdos políticos.

“Ahí, si la organización tiene como cabeza de lista a una mujer, y en mi partido también hay una mujer para esa misma dignidad, alguien debe salir, y surgen resentimientos. Es un rompecabezas en el que se deben observar temas de género, de jóvenes, geográficos. Todo eso se juega en la política”, comentó.

El movimiento Concertación inscribió la alianza por la 'Honestidad', con el Partido Socialista Ecuatoriano (PSE), para así empujar la candidatura presidencial de César Montúfar y Julio Villacreses.

En provincias tienen tres alianzas.

Alfredo Carrasco, director de esta agrupación, resumió que las alianzas se construyeron por objetivos comunes y no deben ser vistas como “una herramienta para pasar un bache electoral”, sino por la “necesidad de la unidad en favor del país”.

“Lo importante es tener claridad de saber a dónde vamos y eso hemos logrado con los movimientos. Hemos generado el compromiso de impulsar la descentralización y concretar debates sobre reformas legales que vamos a empujarlas”, comentó.

El movimiento SUMA está en un proceso de transformación a ser partido y eso puede verse como un beneficio para los movimientos locales.

Se distanció del movimiento CREO, al que se alió en las elecciones generales del 2017, y ahora decidió lanzar como su carta a la Presidencia de la República al asambleísta Guillermo Celi.

En estos comicios tendrían tres alianzas, una de ellas en Napo con el PSC y Unión Ecuatoriana.

Cristina López, secretaria del movimiento, asegura que son una organización abierta al diálogo y los consensos, por lo que apoyan las ideas que fomenten un cambio político sin fijarse en “la bandera”.

“El beneficio es mutuo, pues más allá de política, hay que buscar un punto en común para elegir a gente proba que llegue a la Asamblea Nacional”, opinó López.

En el caso de CREO, además de la alianza nacional con el PSC, trabajarán con organizaciones de Zamora Chinchipe, Pichincha, Guayas, Bolívar.

En Guayas se coaligaron con META, un movimiento que está en peligro de extinguirse por incumplir con el artículo 327 del Código de la Democracia. Y en Pichincha con Acción Democrática Ecuatoriana (ADE) del político José Vásquez, excandidato a la Alcaldía de Quito.

Los movimientos afines al expresidente Rafael Correa, Fuerza Compromiso Social y Centro Democrático, integran la tercera alianza nacional, para impulsar el binomio presidencial de Andrés Arauz y Correa; e irán con candidatos propios para todas las dignidades. (I)