Ante la gran producción de plástico que hay en el mundo, análisis de aguas y sedimentos de diferentes zonas del mundo revelan que el microplástico se ha extendido por las fuentes de agua dulce y ecosistemas marinos y en los suelos.

Muchos de los microplásticos de artículos de tocador y cosméticos llegan al medio ambiente a través de las aguas residuales de las casas.

De acuerdo con expertos, los microplásticos pueden tener diferentes tipos de tamaño -en promedio miden 5 mm- y composiciones químicas de diveros tipos de materiales. Los más frecuente son los de microfibras y son los de más preocupación porque incluso se lo ha llegado a encontrar en el tracto intestinal de zooplancton, que son los organismos que viven en lechos de ríos y mejillones. Estos podrían morir por este problema y afectar el ecosistema en los que están.

Publicidad

Birguy Lamizana, experto en aguas residuales del Programa de la ONU para el Medioambiente, ha dicho que este tipo de contaminación es compleja y la respuesta adecuada requiere una gestión con varias medidas.

Varios países ya han creado leyes que restringen el uso de plástico de un solo uso y muchas organizaciones promueven cada vez más el disminuir su utilización. Sim embargo, expertos dicen que solo el lavado de prendas sintéticas plantea otro desafío para combatir este tipo de contaminación.

El coordinador de calidad del agua del Instituto Internacional de Gestión del Agua y coautor de un estudio en alianza con el Programa de la ONU para el Medio Ambiente -que se presentará en los próximos meses-, es Javier Mateo-Sagasta, quen dice que más o menos e 35% de los microplásticos en los océanos provienen del lavado de ropa hecha con textiles sintéticos.

Publicidad

Para combatir esto, el experto menciona que hay que promover el uso de tecnologías que pueden evitar que este tipo de microplástico vaya al desagüe. La tecnología de estos sistemas podría aliviar alrededor del 97% del problema.

Mateo-Sagasta cree, sin embargo, que para hacer esto se necesitará de leyes, así como para el manejo de microplástico en general, impulsando medidas que incluyan gravar los productos que contienen estas microfibras.

Publicidad

Otra especialista, Josiane Nikiema, líder del grupo de investigación sobre economía circular y contaminación del agua en el Instituto Internacional de Gestión del Agua y coautora del estudio antes mencionado, ha dicho que la clave es un correcto tratamiento de aguas residuales, de la escorrentía -cuando el agua sobrepasa su cause-, la gestión segura de los lodos de las depuradoras, para tener resultados. Algo que se debe combinar con políticas, tecnología, intrumentos económicos, educación y conciencia, según una publicación del Programa de la ONU para el medioambiente.

En tanto, estudios han indicado que a través de los lodos residuales de depuradoras -resultado del tratamiento de aguas residuales- de varias partes de Europa y Estados Unidos llegan cientos de miles de toneladas de microplástico.

Nikiema dice que una opción sería incinerar los lodos residuales de depuradoras, pero es algo costoso y que evita que los componentes orgánicos de este puedan llegar al suelo. (I)