José Miguel Vivanco, director ejecutivo de Human Rights Watch, aspira a que Ecuador llegue a despenalizar el aborto por violación.

¿En su visita al Ecuador ha encontrado apertura de las autoridades en temas de libertad de expresión y el aborto por violación?

Este es otro país, este no es el país de (Rafael) Correa; cuando él gobernaba lo que primaba era su voluntad y un ambiente de persecución a todo aquel que no comulgaba con sus posiciones.

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¿Se puede valorar ese cambio a dos años del nuevo gobierno?

Claro que sí, aquí no hay un gobierno que persiga o censure a medios de comunicación, que esté colocando a estudiantes o líderes sociales en prisión y forzarlos a exiliarse; tampoco un gobierno que intente manipular la justicia.

¿Pero aún no ha logrado recuperar a la justicia del supuesto control correísta?

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A las instancias judiciales hay que retornarle su independencia y el mejor ejemplo y éxito de esta gestión es la Corte Constitucional, que hoy día ejerce sus fueros con independencia del Ejecutivo.

¿Cree que las funciones del Estado están accionando contra el correísmo?

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Creo que nadie puede exhibir un ejemplo que demuestre que autoridades usen a la justicia como un instrumento de represión y persecución. Las investigaciones que avanzan, a nivel judicial, son justificadas y su gran mayoría está relacionada con el robo, el peculado, la corrupción y abuso de poder.

¿Cree que José Tuárez, presidente del CPCCS, es un rezago del correísmo?

Lo que sé es que allí hay un grupo, lamentablemente mayoritario, que cree que su misión es hacer cesar a la actual Corte Constitucional y dar marcha atrás a lo que se ha logrado.

¿Usted cree que hay una conexión del correísmo con los cuatro del CPCCS?

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No sé si hay conexión o colusión, lo que sí sé es que hay una agenda destructiva que curiosamente coincide con las diatribas que lanza constantemente el señor Correa desde Bélgica.

¿Qué le resta al Estado hacer frente a ello?

Entiendo que lo está tratando la Asamblea Nacional y que está examinando la conducta de los actuales miembros del CPCCS, y ojalá la Asamblea pueda intervenir a tiempo.

¿Se puede decir que el Ecuador recuperó la libertad de expresión?

El mayor riesgo frente al ejercicio de la libertad de expresión es la censura y desde el minuto que esa nefasta legislación fue suprimida creo que es evidente que se respira un ambiente distinto.

En estos últimos dos años el Ecuador tomó decisiones trascendentes, como el matrimonio igualitario y ahora se debate el aborto por violación, ¿cuál es su visión al respecto?

En cuanto al matrimonio igualitario, en mi opinión, está ajustado a derecho y a los estándares internacionales y es un avance. Lo que recomiendo es leer la sentencia.

¿La sociedad ecuatoriana está preparada para dar paso a la despenalización del aborto por violación?

No lo sé. Esto no es una materia que se decide sobre la base de encuestas o del juego de mayorías y minorías, porque están en discusión derechos fundamentales, que debe estar alejada de discusiones teológicas, religiosas, morales y éticas.

Precisamente, por esas posturas se ha estancado el debate en Ecuador, ¿cómo superar eso?

Me interesa mucho esa discusión y he venido al Ecuador a intercambiar opiniones con legisladores para demostrarles cuál es la posición desde el punto de vista de los derechos humanos y la jurisprudencia internacional. Es necesario hacer un esfuerzo por separar cuestiones que son del ámbito de la moral o de la religión, con cuestiones de salud pública. (I)