Adel, de 15 años, lleva nueve meses sin ver a sus padres en un campo de desplazados en los alrededores de Mosul, en Irak. No le quedó más remedio para escapar de los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI). “La ruta era larga, caminamos toda la noche, unas catorce horas”, recuerda este joven que llegó al Kurdistán iraquí tras huir de la ciudad de Hawija, controlada por los yihadistas.

Ahora Adel ha vuelto al colegio y en septiembre espera aprobar las asignaturas que ha suspendido. Los combates en Mosul han provocado la huida de cientos de miles de civiles. Y actualmente, según Unicef, habría más de mil menores de edad separados de sus padres.

La ONG italiana Tierra de los Hombres alberga a 17 adolescentes, entre ellos Adel. Los refugiados reciben clases de Inglés, Informática y Deporte. Y ahora, con la toma de Mosul por parte de las fuerzas militares iraquíes, aspiran a volver a ver a sus padres. (I)