Lleva casi un año con un pequeño negocio de venta de sábanas, cortinas y bazar. Isabel Franco lo atiende en su casa, en una pequeña vitrina que saca a su portal luego de llegar de su trabajo como administradora.

Su inversión inicial fue de $ 1.000. Su fuente de financiamiento fueron sus propios ahorros y el apoyo de familiares.

Ella, según el estudio Global Entrepreneurship Monitor (GEM) del 2016, es parte del 99% de emprendedores que se financian con recursos propios; y de otro 35% que recibe apoyo financiero de inversionistas informales (familiares, amigos y vecinos).

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Estas dos últimas tendencias registraron un incremento de 2015 a 2016. Autofinanciarse subió del 96% al 99% y el apoyo de familiares de 34,5% al 35,2%, según el GEM que mide el emprendimiento desde 1999 en 66 países. En Ecuador arrancó y está a cargo desde 2004 de la Escuela de Negocios Espae.

Mientras que el número de quienes utilizaron el sistema bancario decreció del 47% al 45%, pese a que el promedio para iniciar un negocio en Ecuador es de $ 2 mil, según el GEM. La Espae destaca que la reducción es “consecuente con la desaceleración económica del país desde fines de 2015”.

Sin embargo, Xavier Ordeñana, director Académico y de Investigación de la Espae, señala que hay avances en fuentes de financiamiento de otros sectores como Gobierno, fundaciones y el privado que acumulan una utilización de casi el 8%.

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Para Julio José Prado, presidente ejecutivo de Asobanca, el porcentaje de emprendedores que utilizan el sistema bancario para financiarse es similar al de bancarización en Ecuador que está entre el 50% y el 55%.

Reconoció que en los últimos años se han desarrollado productos financieros orientados no específicamente a emprendedores, pero sí a grupos que antes no estaban directamente atendidos.

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“Haciendo un mea culpa (...) hay que comenzar a encontrar nichos más específicos. Hay que empezar a atender de mejor forma a esos emprendimientos y no es que no se los está haciendo...”, aclara Prado al señalar que hasta mayo pasado la banca entregó $ 1.400 millones en microcréditos, y para el sector comercial ubicaron $ 10.500 millones. (I)