La inseguridad o la escasez de comida los motivó a buscar nuevos rumbos

Con $ 350 y una maleta llegó Álvaro Peña, de 28 años, a Ecuador hace tres años desde Mérida, Venezuela, porque anticipó que “la cosa se iba a poner feo (en su país)”. Allá quedaron su hermana y su madre, quien necesita medicina de por vida y cada vez es más difícil conseguirla por la escasez.

“La destrucción del país no comenzó hace tres años, empezó en el gobierno de (Hugo) Chávez, lo que pasa es que ahorita se están viviendo las consecuencias”, dice Álvaro, quien vive y estudia Comunicación Social en Latacunga.

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En busca también de mejores oportunidades vino a Guayaquil Anaira Ramírez, bioanalista de 26 años, en febrero pasado, huyendo de la crisis en su ciudad Valencia. Conseguir trabajo fue duro al comienzo y tardó dos meses, dice la joven, quien durante el día labora en una empresa de balanceado y en la noche como profesora en un colegio nocturno.

Ronald Suárez, licenciado en Archivología de 31 años, dejó Caracas y llegó en agosto pasado a Guayaquil, para luego pasar a Quito. Sus dos hermanas también están en Ecuador y planean traer a su mamá.

Otros como Carolina Quevedo están por venir. Esta joven licenciada en Enfermería de 27 años dice que vive en Valencia y que quiere viajar a Ecuador en los próximos meses. “Salir (de Venezuela) es una solución al desespero que se tiene ante la incertidumbre”, comenta.

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Los casos de Álvaro, Anaira, Ronald o Carolina son parte de una masiva diáspora de venezolanos que huyen de la crisis de su país a otros como Ecuador, adonde han emigrado unos 13 mil ciudadanos de Venezuela, según el libro La voz de la diáspora venezolana, que publicó el sociólogo Tomás Páez en 2015. El estudio indica que, desde el 2000, cerca de 2 millones de venezolanos, 6% o 7% de la población, han dejado el país, una paradoja a lo registrado en 1960 cuando el 15% de los habitantes era inmigrante.

EE.UU., Panamá, Colombia, España, Italia o Portugal están entre los destinos más escogidos por los venezolanos.

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Trino Márquez, catedrático de la Universidad Central de Venezuela y director académico del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico, dice que aproximadamente 1,5 millones salieron en ese periodo y precisa que el perfil del emigrante es el de una persona entre 18 y 40 años. De ellos, los de 24 a 40 son profesionales.

“El inmigrante venezolano tiene un alto nivel de formación intelectual. Estudios que he visto señalan que más del 60% de la población por encima de 20 años tienen estudios universitarios y dentro de esa población hay un segmento muy alto que tiene estudios posuniversitarios. Tienen algún tipo de posgrado, un diplomado, maestría o doctorado”, refiere Márquez.

Añade que el escenario en el plano económico y social es muy negativo para los profesionales. Venezuela tiene la mayor inflación del mundo por cuarto año consecutivo.

Luis Fernández y su esposa, Karim Alvarado, llegaron hace 9 meses a Quito con sus cuatro hijos y nietos. Él es abogado y está tramitando los papeles que le faltan para ejercer su profesión. Con su esposa se mantienen con un negocio de dulces.

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La inseguridad con niveles récord también es motivo para dejar Venezuela. En un informe del 2015 de la organización civil mexicana Seguridad, Justicia y Paz, Caracas figura como la ciudad con la tasa más alta de homicidios en el mundo con 119,87 muertes violentas por cada 100.000 habitantes.

Ese fue un punto importante para que Jorge Heredia, un ingeniero electrónico de 42 años, y su esposa, Linett González, gineco-obstetra, decidieran dejar su país. Él llegó hace tres años, un año después lo hicieron su esposa y su hijo de 6 años, con sus ahorros pusieron un restaurante en Guayaquil.

Ayuda en grupos y redes
“Saludos, familia, hace poco llegué a Guayaquil, aún no he comenzado a trabajar... Si alguien sabe de un trabajo... gracias de antemano”, escribió Antonio M. en Facebook a las 19:00 del pasado jueves.

Esta red se ha convertido en un aliado para “dar una mano” a los venezolanos que migran por la crisis. Es el sitio donde hay información de opciones de países para viajar, cómo conseguir un lugar para vivir, buscar trabajo o tramitar visas. En Ecuador hay varios sitios que ofrecen esta ayuda. Hermandad Venezolana en Ecuador es uno de ellos y agrupa a unos 500 venezolanos residentes en el país.

Se solicitó al Ministerio del Interior información sobre el número de venezolanos que habían ingresado y salido del país en los últimos años, pero hasta el cierre de esta edición no se proporcionó. (I)

Mensualmente le mando dinero a mi mamá, porque la situación con la comida está igual o peor. Lo que ella hace es comprar con sobreprecio a los bachaqueros (revendedores)”.Anaira Ramírez