Turquía declaró este domingo un día de luto nacional después de que 38 personas murieran y 155 resultaran heridas en dos explosiones gemelas cerca de un estadio de fútbol, un nuevo atentado a gran escala que golpea a un país enfrentado a varias amenazas de seguridad.

Las bombas iban dirigidas contra la policía y mataron a 30 agentes, además de siete civiles y una persona aún por identificar, indicó este domingo de madrugada el ministro turco del Interior, Suleyman Soylu. Trece personas fueron detenidas en relación con el “ataque terrorista”, añadió.

El primer ministro, Binali Yildirim, ordenó en un comunicado que las banderas ondearan a media asta en todo el país y en las delegaciones extranjeras turcas.

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Un grupo de extremistas curdos se atribuyó el ataque. En un comunicado colocado en su página de internet, los Halcones por la Libertad de Kurdistán (TAK) dijo que dos de sus miembros se sacrificaron para perpetrar el ataque. El TAK es un grupo escindido del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).

En declaraciones a la televisora privada CNN Turk, el viceprimer ministro, Numan Kurtulmus, dijo que “la flecha apunta al PKK”, en referencia al ilegalizado Partido de los Trabajadores del Curdistán, que libra una insurgencia desde hace décadas.

La cifra de víctimas civiles era baja porque cuando se produjeron las explosiones, los aficionados ya habían abandonado el recién construido Vodafone Arena del club Besiktas en Estambul tras un partido de la liga turca. Los testigos dijeron haber oído disparos tras las detonaciones.

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“Una vez más hemos visto esta noche en Estambul el feo rostro del terrorismo, que socava todo valor y decencia”, dijo el presidente de Turquía, Reep Tayyip Erdogan.

Catorce de los 155 heridos se encontraban en cuidados intensivos y cinco de ellos estaban en cirugía, indicó Soylu, añadiendo que un total de 136 personas seguían hospitalizadas. (I)