Perdió su trabajo como guardia de seguridad hace poco, dijeron familiares, y aquello habría incidido también en que recayera en el consumo de drogas.

El miércoles último, al parecer su pareja no lo dejó salir de casa, para evitar que fuera en busca de alcaloides, contaron sus parientes. Esa noche, Luis C., de 24 años, decidió acabar con su vida colgándose de una cuerda en un cuarto de la casa en la que vivía, en la coop. 7 de Septiembre, en el Guasmo Central, en el sur de Guayaquil.

“Él dejó una carta que no se le entiende bien. Pide disculpas y perdón a la mujer, (le dice) que cuide mucho al bebé y que la ama”, narró este jueves una pariente del joven. “Él quería salir a buscar esa droga”, enfatizó.

Publicidad

Fue su mamá quien encontró el cuerpo colgado de una soga. Ella se percató del suceso porque habría subido al cuarto a buscar dinero, aseguraron el jueves los parientes.

Ahora ella está preocupada y pide a las autoridades que la ayuden porque tiene otro hijo adicto a los drogas, que vive en las calles pues se ha negado en varias ocasiones a recibir tratamiento. Él habría abandonado el hogar para ir a consumir drogas en las vías públicas, donde recogería botellas y vendería agua para conseguir dinero y comprar la popular H (hache).

Luis, en cambio, había estado en tratamiento médico en un centro de salud, donde en algunas ocasiones lo desintoxicaron con sueros, según familiares.

Publicidad

En ocasiones tuvieron que encadenarlo porque así lo pedía él, ya que no podía controlar las ganas por salir a buscar drogas, que las adquiría en las calles. Su adicción habría comenzado hace más de dos años, dijeron.

Luego del tratamiento, él se recuperaba, pero solía recaer, comentó una prima. El último episodio, que creen que influyó en la recaída, fue la pérdida de su trabajo, hace un mes aproximadamente, con el que mantenía a su esposa y a su bebé de unos 4 meses.

Publicidad

Cuando tenía empleo supuestamente estaba bien anímica y físicamente.

“Él decía que el cuerpo le pedía esa droga, que él no quería recaer, sino que el cuerpo se la pedía”, comentó una amiga del joven que estuvo en el velatorio. Ella y otros moradores del sector contaron que es usual ver a niños, jóvenes y adultos, sobre todo en las tardes, consumir drogas en esquinas, parques, en lugares apartados y en otras áreas públicas de los tres Guasmos (Norte, Sur y Central), en el sur de Guayaquil.

“Nadie hace nada por eliminar este mal, que nos está acabando. Hay (supuestamente) policías que saben quiénes son los que venden, pero no hacen nada. Y uno no puede ir a denunciar porque si no al otro día amanece muerto”, manifestó una moradora. (I)