La educación actual exige que el alumno sea un consultor e investigador de los temas tratados en el aula, sea un innovador que utilice las tecnologías, tablets, dispositivos móviles, internet... para la investigación y para aumentar sus conocimientos.

El padre de familia tiene que orientar y dirigir para que sus hijos utilicen la tecnología para el aprendizaje. Lamentablemente esto en la mayoría de hogares no se da, los padres compran a sus hijos dispositivos móviles de últimos modelos y los usan para el juego, el entretenimiento, y pasan tiempo en las redes sociales (Facebook, etcétera).

En muchos casos padres dan el mal ejemplo, no dirigen el proceso de enseñanza de sus hijos por estar entretenidos durante muchas horas con el teléfono celular o en internet.

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Se convoca a los padres y representantes de los estudiantes a una reunión en el colegio para la entrega de las cartillas de calificaciones, ni siquiera para conocer las calificaciones de sus hijos, y no asisten en su mayoría.

Hace tiempo en un barrio unas abuelitas de estudiantes con bajas calificaciones comentaban que las mamás de sus nietos pasaban mucho tiempo con el celular prendido y que no se dedicaban para nada a sus hijos.

En Finlandia, el país con el mejor sistema educativo del mundo, el 80% de los padres llevan a sus hijos a las bibliotecas los fines de semana; leer y escribir es el pasatiempo preferido de los finlandenses tanto de niños, jóvenes y adultos. Esto deberíamos también realizar en nuestro país tanto los docentes y los padres de familia y alumnos.

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Kléber Edmundo Sarmiento Salazar, licenciado en Ciencias de la Educación, Guayaquil