Acusaciones por los presuntos delitos de malversación de fondos, enriquecimiento ilícito, nepotismo y tráfico de influencias pesan sobre Manuel Casanova (AP), elegido alcalde de Quinindé en el 2014, pero que el martes pasado fue destituido por el Concejo cantonal, aunque él niega haber salido.

El también oficialista Ángel Torres, vicealcalde del cantón esmeraldeño, dijo que la Contraloría emitió una orden de destitución contra Casanova tras observar varias irregularidades en su gestión, y que el Concejo le encargó la Alcaldía “de manera devolutiva”.

“Toda persona debe defenderse y Casanova lo está haciendo, pero lo tiene que hacer desde afuera y no como alcalde, por eso fue separado. Una vez que haya solucionado su situación, él volverá al cargo”, contó Torres a este Diario.

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Esta es la tercera ocasión que la Contraloría dispone la destitución de Casanova. Ya ocurrió en diciembre de 2014 y en abril de 2015.

Este Diario intentó comunicarse con la autoridad pero no respondió; sin embargo, en un video publicado en redes sociales, él declaró que sigue siendo alcalde de Quinindé y que lo resuelto por 6 de los 9 concejales que nombraron a Torres es ilegal: “Han decidido destituirme en un acto ilegal, el Concejo no tiene esas atribuciones, sino más bien iniciar un proceso de remoción, acto que no han hecho en ningún momento”.

El martes, día en que se instaló el Concejo, los concejales denunciaron otro hecho: antes de las 09:00, Torres ingresó a la sala de sesiones y notó que estaba ‘contaminada’.

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“Puede ser malathion, un producto muy tóxico”, dijo él y responsabilizó a grupos cercanos al alcalde. Entonces, afirmó, no pudieron continuar con la sesión e hicieron una limpieza del lugar.

“Debimos usar mascarillas. Cuando llegamos, no podíamos ni respirar. Estaba contaminada la sala, el aire envenenado. Hicimos una limpieza y logramos en algo parar ese olor fuerte. Eso fue un atentado terrible”, relató el edil. (I)

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