En las paredes resquebrajadas de los edificios de la puntilla de Bahía de Caráquez aún se leen los mensajes escritos luego del terremoto del 16 de abril pasado: “Bahía, te amo”, “Bahía, volveremos”, “Te amamos, Bahía del alma”, “Quito está contigo”. A esas inscripciones, en las últimas dos semanas se ha agregado otra frase: “Edificio en consultoría”.