La dinámica es ajetreada. Centenares de personas avanzan a paso rápido para coger el bus que los lleva a sus puestos de trabajo. La intersección entre la avenida Quito y la calle Piedrahíta, frente al Cementerio General, se ha convertido en un punto movido en las primeras horas del día en Guayaquil. La fuerza laboral se aglomera desde las seis de la mañana en busca de un asiento de las líneas Panorama o La Aurora para llegar a los cantones Daule, Durán o Samborondón, que colindan con los límites urbanos de la urbe.