Cuelgan de las estanterías de los supermercados, cerca de las cajas de pago, con coloridos diseños y mensajes alusivos al daño que provoca el uso del plástico en el medio ambiente. Son las fundas de tela adquiridas por algunos de los consumidores para llevar sus compras, pero en la práctica la mayoría de ellos termina usando por lo general las fundas de plástico que el despachador entrega.