Un sistema de justicia latinoamericano que reemplace a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), fue el planteamiento del presidente Rafael Correa, en la inauguración del 56 periodo de sesiones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), que se realiza en la sede de la Unasur en Quito.

“La Comisión Interamericana es innecesaria. En el sistema europeo no existe comisión, tan solo existe corte”, subrayó el jefe de Estado, en el cónclave al que asistieron además el presidente de la Corte, Roberto Caldas, y el presidente de la CIDH, José Jesús Orozco, con el propósito de sustanciar tres casos internacionales de violaciones a los derechos humanos: Acosta y otros vs. Nicaragua; Trabajadores cesados de Petroperú vs. Perú; Favela Nova Brasilia vs. Brasil.

Según Correa, la CIDH fue “atrapada por los intereses que priman en la Organización de Estados Americanos”, de la cual es parte el sistema de derechos humanos.

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“Entendemos los intereses creados y los juegos geopolíticos, lo anterior es difícil de lograr (un nuevo sistema). Probablemente ya sea hora de tener un sistema latinoamericano de derechos humanos. Todo está listo porque básicamente somos los países de América Latina los que hemos ratificado el Pacto de San José, y somos los que no sometemos a la Corte”, añadió.

En un discurso previo, Caldas no se refirió a las críticas del Gobierno de Ecuador a los mecanismos de dicho sistema, pero sí dijo que la Corte no responde a agendas políticas.

Los jueces estarán hasta el viernes en el país en foros. (I)

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La Corte es un órgano internacional... no responde ​a una agenda política. La propia naturaleza de la Corte exige de la más alta imparcialidad, independencia y autonomía”.