Seis de cada diez ecuatorianos en España cobran menos de mil euros al mes. Poco más del 40 por ciento no tiene ahorros. La gran mayoría desempeña empleos no cualificados y aún hay un volumen representativo que está en el paro. Este es el perfil socio-económico de los connacionales que se desprende del estudio “Remesas e inclusión financiera”, liderado por el Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que hoy se presentó en Madrid.

Un dato más: de Ecuador procede el colectivo latinoamericano más numeroso en España pero no es el país que más remesas recibe (634 millones de euros en 2015). Es Colombia el que se coloca a la cabeza del ranking (782 millones de euros). La reagrupación de los familiares, la mejor situación económica en el país de origen o una remuneración más baja son algunas de las causas que explican esta diferencia.

Para el informe se realizaron, entre julio y septiembre de 2015, un total de 2.000 encuestas a ciudadanos de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú, República Dominicana y Paraguay. La mayoría (704) a ecuatorianos (275 en Madrid, 244 en Barcelona y 189 en Valencia). Adicionalmente se entrevistaron a algunos de los principales actores del mercado de remesas: MoneyGram, Ria, Caixabank y Santander Envíos.

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Esta radiografía para entender el comportamiento de los inmigrantes respecto al envío de dinero y las oportunidades de inclusión financiera también revela el alto nivel de bancarización. Más del 86% de los consultados indicó que posee una cuenta bancaria en España, un porcentaje no muy alejado del 98% alcanzado en la población total. El consumo de productos financieros es, sin embargo, limitado. La mayoría tiene una tarjeta de débito pero es residual la contratación de seguros de vida, préstamos, fondos de pensiones o tarjetas de crédito.

Son evidentes sus dificultades financieras: un 47% no podría hacer frente a un gasto imprevisto. Pese a ello logran enviar dinero a sus parientes. En el caso de los ecuatorianos, los principales destinatarios son los progenitores, hermanos e hijos.

La frecuencia promedio de envío entre los colectivos encuestados es de 5 ó 6 veces al año y el monto medio se sitúa en torno a los 180 euros. Las remesadoras se mantienen como el canal preferido por su rapidez frente a los bancos que suelen utilizarse cuando los familiares y el inmigrante tienen una cuenta en la entidad y pese a que en ocasiones resulta más económico.

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Teresa García, del Banco de España, prevé una leve recuperación de las remesas que cayeron durante los años de la crisis económica por el descenso de los flujos migratorios, el creciente desempleo y el debilitamiento del euro frente al dólar. De todas formas, los ecuatorianos siguen enviando menos que años atrás: 779 millones de euros en 2012; 727 millones en 2013, 651 millones en 2014 y 634 millones en 2015.

El objetivo que se debería perseguir en la óptica de Ignacio Corlazzoli, representante de la Oficina del BID en Madrid, es “aumentar la productividad de las remesas” y "aprovechar la tecnología para la promoción de nuevos canales de envío". (I)