La convención de CREO en la que se oficializaría la candidatura presidencial de Guillermo Lasso se desarrollaría entre mediados de septiembre e inicio de octubre. Pero en el camino, Lasso afirma que está recibiendo cada vez más apoyos de sectores políticos y de figuras públicas en el marco del grupo Compromiso Ecuador. Precisamente mañana habrá un evento en el cual más de 20 agrupaciones provinciales y cantonales con personería jurídica se adherirán a su postulación. Cuenta que, al momento, tiene varios equipos trabajando en lo que sería la transición gubernamental. Uno de los pilares de su propuesta es la generación de empleo, dice

¿Qué tan sólido está Compromiso Ecuador? Porque ha habido deserciones, como la de César Montúfar, que ahora es parte de la Unidad.
Con César Montúfar fundamos Compromiso Ecuador con un objetivo: impulsar una consulta para que sea el pueblo el que decida si estaba de acuerdo o no con la reelección indefinida. Llegó a integrarse con cerca de 40-45 miembros entonces; luego él dijo, con total libertad, hasta aquí llego, se retiró desde comienzos de año, pero la mayoría decidimos continuar y ahora somos 134 miembros. Se han incorporado personas como Betty Amores, Fausto Cobo, César Carrión, Fanny Campos, Aurelio Chacha, José Antonio Lema... Ahí está la convergencia de la diversidad política y ciudadana...

Todos estos personajes tienen presencia política, ¿pero tienen votos?
En primer lugar, sí los tienen; en segundo lugar, no podemos valorar a las personas solo por si tienen votos o no, sino si tienen cabeza o capacidad para proponer o no. Personas como Betty Amores o Francisco Jiménez han participado en la elaboración de nuestro plan de gobierno.

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¿Qué perfil tendrán su compañero de fórmula y los legisladores?
En materia de binomio le puedo adelantar que mi deseo es que sea quiteño o quiteña; en materia de asambleístas, que sean personas que compartan el programa de gobierno y que estén dispuestos a apoyar propuestas como la derogatoria de la Ley de Comunicación, una reforma tributaria para reducir los impuestos correístas; a la Ley de Educación Superior, para devolver la autonomía universitaria y liquidar la Senescyt; al Código Monetario, para que el Banco Central vuelva a tener esa función de banco de reserva y no de banco comercial del Gobierno; al Código Integral Penal, a efecto de que se nos permita cuidar de la salud de los niños y adolescentes que están consumiendo drogas...

¿Ve necesario hacer reformas constitucionales?
Sí, y yo ya me he comprometido a llamar a una consulta popular para que sea el pueblo el que rectifique o ratifique aquel paquete de enmiendas... Ahora, el método ideal para hacer esas reformas es una nueva Asamblea Constituyente, pero el problema del ideal es que en la realidad el problema de la familia ecuatoriana es lo económico, eso es lo urgente. Tenemos una crisis que se caracteriza por la pérdida de empleo, el incremento del costo de la vida, por una pequeña y mediana empresa cuyas ventas han caído y sin capacidad de reacción.

¿A qué se refería cuando dijo, en una reunión con empresarios, que los sueldos actualmente no son ‘competitivos’?
En el 2006, seis de cada diez ecuatorianos de la Población Económicamente Activa vivían en el desempleo, subempleo e informalidad. Diez años después del modelo correísta, ¿cómo son las cifras? Seis de cada diez ecuatorianos viven en el desempleo, subempleo e informalidad. Sus condiciones de vida son precarias. ¿Qué reflexión sacamos? Que el modelo correísta ha sido un fracaso, y que si en diez años no han podido solucionar un problema estructural de desempleo, no lo harán en cuatro... Mi propuesta es una Ley de Oportunidad Laboral para salir de la pobreza, vivir con salarios dignos. Esto no implica vulnerar los derechos de los trabajadores, porque ni la Constitución ni la ley lo permiten en términos de decir la propuesta es bajar los salarios. Eso es una barbaridad. Yo no he propuesto eso, lo que propongo es incrementar los ingresos de los que viven en extrema pobreza... Planteo la Ley del Primer Emprendimiento, en la que aquellos que generen al menos diez empleos tengan diez años de exención en el pago del impuesto a la renta; se creará un fondo para fomentar emprendimientos inicialmente con dinero del Gobierno, pero que luego crezca con recursos privados, y no castigar el fracaso; el emprendedor tiene derecho a volver a comenzar.

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También mencionó que la pobreza en Guayaquil “se esconde bajo la alfombra”, ¿a qué se refería?
No me quiero referir a ese tema porque estoy concentrado en este método riguroso de observación, reflexión y propuesta. Hay políticas públicas de carácter nacional que no han sido capaces de solucionar los problemas de pobreza extrema. Y los efectos ¿dónde se viven? En las ciudades, especialmente en las grandes. Cuando me refiero a la pobreza parto del principio de que para resolver un problema hay que reconocer que existe y hay que discutirlo... No son críticas personales, no estamos hablando de nadie en particular. Mi gran preocupación es la pobreza en el Ecuador. Y no voy a dejar de hablar de la pobreza y sus consecuencias. (I)

El Ecuador no es competitivo por el exceso de impuestos correístas, por la sobretasa arancelaria, por las restricciones a las importaciones, por un Gobierno que mete la nariz en todo.Guillermo Lasso, precandidato