El Estado Islámico perdió en los últimos 18 meses un área equivalente al tamaño de Irlanda, un cuarto de su territorio, ante fuerzas hostiles en Irak y Siria y es posible que redoble sus ataques contra civiles en los próximos meses, informó el domingo el instituto británico IHS en un reporte.

El territorio controlado por el grupo radical suní se redujo desde 90.800 kilómetros cuadrados en enero del 2015, seis meses después de que declaró un califato en Siria e Irak, a 68.300 kilómetros cuadrados, dijo la firma de investigación.

Esto ha llevado al grupo a aumentar sus ataques contra blancos civiles en Oriente Medio y Europa, que podrían intensificarse, dijo IHS.

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"A medida que el califato del Estado Islámico se contrae y se hace cada vez más claro que su proyecto de gobierno está fracasando, el grupo está volviendo a priorizar la insurgencia", dijo Columb Strack, experto de alto rango de IHS y analista principal de IHS Conflict Monitor, organización con base en Londres que rastrea las finanzas de los terroristas.

"Como resultado, nosotros lamentablemente esperamos un aumento de los ataques con gran número de víctimas y los sabotajes a la infraestructura económica, a lo largo de Irak y Siria, y más allá, incluso en Europa", agregó Strack.

El Ejército iraquí recapturó el mes pasado Faluya, un bastión del Estado Islámico ubicado al oeste de Bagdad, lo que ha llevado a los insurgentes a aumentar los ataques con bombas contra blancos chiíes.

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Cerca de 300 personas murieron cuando un suicida con bomba del Estado Islámico se inmoló en un concurrido distrito comercial de Bagdad hace una semana, en uno de los peores ataques del grupo hasta la fecha.

Estado Islámico perdió el control de la ciudad de Ramadi a fines del año pasado, otro bastión clave del grupo que capturó grandes regiones de Irak en el 2014. El Ejército ahora se prepara para retomar Mosul, la ciudad más grande del norte de Irak y la capital de facto del Estado Islámico. (I)