Tiene seis meses de embarazo. Es una adolescente con una abultada barriga y deambula por la vía Perimetral pidiendo dinero. Su familia ya no la quiere recibir porque llega a robar para comprar la droga llamada hache, según los parientes.

El ser que lleva en el vientre corre el riesgo de que nazca con síndrome de abstinencia neonatal (SAN) al haber estado expuesto a drogas mientras estaba en el útero. Las sustancias nocivas atraviesan la placenta, el órgano principal de intercambio de oxígeno y nutrientes entre la madre y el embrión.

La enfermedad ha alertado a neonatólogos, ginecólogos, psiquiatras y pediatras de cuatro hospitales de Guayaquil que empezaron a detectar casos en el 2015, en su mayoría en madres consumidoras de hache.

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Bajo peso, desnutrición, temblores finos, convulsiones, rigidez son, entre otros, los síntomas del síndrome de abstinencia neonatal que, señalan los médicos, no se lo determina inicialmente porque se lo puede asociar o confundir con otras enfermedades.

Luisa Franco Varas, pediatra neonatóloga del hospital Roberto Gilbert Elizalde, de la Junta de Beneficencia de Guayaquil (JBG), señala que la valoración inicial parte de la historia clínica, al elaborársela de manera directa con la madre, y agrega que se puede detectar si consumió alguna droga. “Me voy enfocando (...), este niño convulsionó (...) puede ser por síndrome de abstinencia y de acuerdo con la escala de Finnegan (instrumento de diagnóstico) podemos clasificar más o menos la gravedad”, dice.

Si el bebé es llevado por otros familiares y si estos desconocen si la madre es consumidora, se puede ir sesgando un poco el diagnóstico. “Si viene con temblores finos, se lo ingresa con el diagnóstico de probable sepsis hasta que no tenga la historia clínica completa que me oriente el síndrome de abstinencia neonatal”, señala Franco.

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Según médicos, entre las características que presentan estos bebés al nacer está el retraso del crecimiento intrauterino, es decir, con bajo peso. También un parto prematuro.

En lo que va del año se han atendido en el Roberto Gilbert dos casos, uno de ellos es un bebé que no heredó el síndrome de abstinencia de la madre consumidora, pero que nació con una malformación y fue sometido a una operación.

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Katiuska Hernández, directora técnica del hospital Mariana de Jesús, señala que en abril del 2015 se empezaron a detectar los dos primeros casos. “Fue difícil al inicio porque los niños aparentemente nacían bien, sin ningún riesgo obstétrico, y de pronto comenzaban irritables, un llanto que no paraba, temblores, convulsiones sin una causa aparente...”, expresa.

Los médicos, señala, iniciaron las investigaciones y encontraron que las madres eran adictas a las drogas. En el 2015 hubo 22 casos confirmados de bebés con el síndrome. Uno falleció. En este año hay el reporte de 16 casos.

La mayoría de madres son adolescentes y consumidoras de hache. De diez casos, siete tenían entre 17 y 18 años. Solo detectaron un caso de 13 años.

En esta maternidad pública del suburbio, el jefe de Neonatología, Oswaldo Andrade, explica que hay dos tratamientos de desintoxicación. El primero va dirigido al estado emocional del recién nacido y participa la madre o un familiar, porque el bebé necesita estar acunado y una dieta hipercalórica. Para su alimentación utilizan el banco de leche. El otro tratamiento es farmacológico y depende de las manifestaciones clínicas del paciente.

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“Tenemos un gran porcentaje de pacientes (consumidoras) que el momento en que ellos (los neonatólogos) impulsan el apego precoz han dejado las drogas”, dice Hernández.

César Valcárcel, psicólogo clínico de la maternidad Enrique C. Sotomayor, señala que cuando son detectados estos casos, en su mayoría derivados, se inicia un proceso de desintoxicación de la madre y el bebé.

Señala que al bebé se le suministra antibiótico, porque la droga baja el sistema inmunológico y hay riesgo de infección. Agrega que según el seguimiento cardiaco y mediante solución salínica se van “sacando de a poco los registros de droga que realmente son resquicios”.

Valcárcel sostiene que el neonato sale del estado de síndrome de abstinencia, regularmente, después de 4 a 5 días.

En lo que va del año se han detectado de 15 a 20 casos en la maternidad Sotomayor. En el 2015 el reporte fue de casi 80, según el psicólogo. (I)

Para la neonatología es un reto (...), es un diagnóstico referencial más que tienes que aplicar cuando nace un niño”.Oswaldo Andrade, Neonatólogo