El devastador terremoto que golpeó a Ecuador el pasado 16 de abril impactará a la economía en cerca de 0,7 puntos porcentuales este año y se deberán destinar 3.344 millones de dólares para la reconstrucción de las zonas afectadas en Manabí y Esmeraldas.

La cifra la entregó la secretaria nacional de Planificación y Desarrollo, Sandra Naranjo, luego de seis semanas de análisis situacional en el que participaron funcionarios de distintas instancias estatales, expertos de la Cepal y de diferentes agencias de las Naciones Unidas.

El representante de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Omar Bello, señaló que "como siempre se hace en estos casos... la estimación que estamos dando es una estimación piso", y que la cifra podría modificarse.

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Financiamiento

De la cifra entregada, Naranjo señaló que el 67% del costo de la reconstrucción ($ 2.253 millones) lo asumirá el sector público, mediante la obtención de $ 1.000 millones que se generarían con la Ley Solidaria; $ 660 millones que provendrían de líneas de contingencia como el Banco Mundial, BID o CAF; $ 400 millones del Fondo Monetario Internacional; y 193 millones del Presupuesto General del Estado y otros.

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El 33% restante del costo total que se generará para la reconstrucción ($1.091 millones) provendrá del sector privado, señaló a periodistas.

El impacto macroeconómico que deja el terremoto, en términos de la economía nacional, sin políticas activas, es un decrecimiento, refirió. "En el PIB nacional, el impacto sería un decrecimiento de 0,7 puntos porcentuales".

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Además, un 95% de los daños están concentrados en Manabí , donde se localizó el epicentro. En la provincia, la economía local, también sin políticas activas, sufrió una reducción de 9,8 puntos porcentuales del PIB provincial, agregó.

"Van a ser muy importantes las líneas de financiamiento que se den al sector privado, ese empuje inicial será muy importante para iniciar la reactivación productiva, medidas de acompañamiento que están contempladas", aseveró.

Informó que dentro de los planes oficiales se busca "reconstruir mejor, garantizar que las viviendas sean antisísmicas, que tengan las seguridades del caso. Se están haciendo lo estudios del suelo para garantizar que no haya asentamientos en zonas que sean de alto riesgo para la población".

Los daños

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El terremoto dejó 663 personas fallecidas, 12 desaparecidas, 80.000 desplazadas y 4.859 atendidas con heridas y otras afectaciones, principalmente en las ciudades de Manta, Pedernales y Portoviejo.

Además, casi 30.000 viviendas resultaron afectadas en el sector rural y urbano, 875 escuelas con daños, 120.000 niños con limitaciones de acceso educativo, 51 establecimientos de salud con daños y 593.000 personas con limitaciones de acceso a salud. (I)