Una subasta de 28 obras del artista español Joan Miró a beneficio de los refugiados que tuvo lugar este jueves en Londres logró recaudar casi 62.000 euros (unos 69.380 dólares), informó la casa Christie's.

Las obras fueron donadas por Joan Punyet Miró, nieto del artista barcelonés a la Cruz Roja, para que ayude a los refugiados.

El nieto del pintor catalán explicó a la AFP que las donó porque eso es lo que hubiera querido su abuelo.

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"Me considero un transmisor de su voluntad y hago lo que él haría si estuviera vivo", explicó sobre Miró, que murió en 1983 a los 90 años.

"Miró era un hombre que pasó muchas penurias a lo largo de su vida, pasó hambre, vivió la Guerra Civil española y el exilio en la Segunda Guerra Mundial, supo por Pablo Neruda del drama del barco 'Winnipeg', y conoció también el drama de los campos de refugiados", narró Joan Punyet.

El nieto de Miró aludía al barco "Winnipeg" que el poeta chileno fletó para trasladar a Chile a 2.000 refugiados españoles que se fueron del país por temor a represalias tras la victoria de Francisco Franco en la Guerra Civil española (1936-1939).

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Miró, de simpatías republicanas, estaba en Francia cuando estalló el conflicto español y decidió quedarse en París. Su mujer y su hija se reunieron con él y vivieron en Francia hasta 1940, cuando la invasión nazi le hizo volver a España.

"Su voluntad fue siempre ayudar a los menos favorecidos, a los refugiados y a los exiliados, y ser consciente de que lo que pasa hoy en Siria puede pasar mañana en España", afirmó Punyet.

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La subasta superó los 50.000 euros que había calculado la Galería de arte Mayoral, de Barcelona, que exhibió las obras en varios lugares antes de su venta en Londres. Desde que empezó la guerra civil en Siria, en 2011, más de 4,8 millones de refugiados han huido del país.

Además, existe otra historia que vincula a Miró con la Cruz Roja, y es la del médico de la organización que salvó la pierna de su única hija tras un brutal accidente de coche.

"El 31 de diciembre de 1965, un tren impactó en el coche en el que viajaban mi abuela y mi madre cuando pasaban por el paso a nivel en Montroig del Camp", en Tarragona (noreste de España), narró el nieto del pintor.

La madre de Punyet sufrió graves heridas en una pierna y los médicos aconsejaron amputarla por debajo de la cintura.

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"Entonces apareció un médico joven, que se llamaba Rafel Orozco, que era de la Cruz Roja", recordó Punyet, y que aconsejó "un tratamiento abierto, ni escayola, ni vendajes, ni nada", basándose en una terapia promovida por el médico catalán Josep Trueta, que había tratado a heridos de guerra durante el conflicto español.

Tras un año en la cama, se recuperó. "Mi abuelo hizo un tápiz para la Cruz Roja en agradecimiento, porque habían salvado a su hija, que era hija única". (I)