La detención de Segundo P. y de Eduardo A. por las muertes de las turistas argentinas, les cayó como un balde de agua fría, reconocieron algunos comuneros y comerciantes de Montañita. Y aún les cuesta creer que sean ellos los presuntos asesinos.
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La detención de Segundo P. y de Eduardo A. por las muertes de las turistas argentinas, les cayó como un balde de agua fría, reconocieron algunos comuneros y comerciantes de Montañita.
La detención de Segundo P. y de Eduardo A. por las muertes de las turistas argentinas, les cayó como un balde de agua fría, reconocieron algunos comuneros y comerciantes de Montañita. Y aún les cuesta creer que sean ellos los presuntos asesinos.
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