Con una inflación de 180,9%, la más alta del mundo, la carencia de alimentos y medicinas acapara la atención de los venezolano.

El sueldo mínimo subió un 20%, pero el poder adquisitivo se diluye ante la subida de precios.

Ocurrió horas después de que el presidente Nicolás Maduro anunciara el miércoles pasado medidas para paliar la crisis económica que aqueja al país con las mayores reservas probadas de crudo. El Banco Central de Venezuela (BCV) publicó los datos oficiales que dejan ver que la economía venezolana registró en 2015 el peor desempeño de un país de América, con una contracción de 5,7% del Producto Interno Bruto (PIB) y una inflación que casi se triplicó (180,9%), golpeada por el impacto del derrumbe de los precios del petróleo.

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Es la realidad actual de una Venezuela que fue gobernada por Hugo Chávez, desde 1999 hasta su muerte en marzo de 2013 cuando Maduro asumió el cargo. Entre las medidas anunciadas, en cadena de radio y televisión, está el alza de los precios de la gasolina más barata del mundo, tras casi 20 años de estar congelados, y una devaluación monetaria del 37%.

La reacción en las calles fue inmediata en un país sumido en la especulación de precios y en la escasez de medicinas, de alimentos, de productos básicos junto a la alta inflación. “A las personas no les importa pagar 10 bolívares por la gasolina si no nos someten a colas, si no nos someten a pararnos a las 4 de la mañana para conseguir un poquito de arroz”, dice María Quintero, una comerciante de 50 años, mientras aguarda dentro de su vehículo al pie de una estación de gasolina del centro de la capital, Caracas, horas después del anuncio de Maduro.

Esta inquietud también la expresa el taxista Félix Silva, de 58 años: “Cuando se aumenta la gasolina empiezan los problemas porque la gente comienza a poner los precios diferentes”.

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La economía del país petrolero sudamericano prolongó la recesión que comenzó a principios de 2014. La peor parte del descalabro se la llevó el sector privado, con un decrecimiento del 8,4% en 2015 en el sector industrial por la menor disponibilidad de materias primas en medio de la escasez de divisas, lo cual atrofió la manufactura. Mientras, el sector público se expandió 1,1%.

El PIB del sector petrolero, que genera el 96% de las divisas que entran al país y que es clave para las finanzas locales, decreció un 0,9% y la economía no petrolera se desplomó un 5,6%, detalló el BCV en su informe. “A esto se suma la situación de desabastecimiento de productos, lo cual es percibido por la población como uno de los principales problemas que aquejan al país, junto a la especulación y el acaparamiento”, informó esta entidad ante la aguda escasez de alimentos y medicinas.

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La situación se agrava por la dependencia de productos importados. El 70% de los bienes que llegan a los consumidores venezolanos, incluida la comida, son importados del extranjero, según datos del centro de investigación política Brookings.

Problema de importación

E importar no es fácil: a las complejas regulaciones para poder comprar fuera, se le suma el control de divisas. Las autoridades redujeron el monto de venta de divisas oficiales, lo que obstaculiza la compra de materias primas y suministros en el exterior. En Venezuela hay tres mercados oficiales de divisas a precios preferenciales (tras el anuncio del miércoles quedaron dos) y en ellos cuesta encontrar dólares. Por lo que queda el mercado negro, en el que puede salir 100 veces más caro.

Los precios de los alimentos y bebidas fueron los que más crecieron el año pasado, un 315%; seguidos por los de restaurantes y hoteles (294,1%), la ropa y el calzado (146,5%), mientras que los costos de la salud aumentaron a más del doble.

Lo que el BCV no ha publicado es el índice de escasez que dejó de divulgar hace dos años cuando los precios comenzaron a subir sin control. Desde entonces, las largas filas se han vuelto comunes en las afueras de los mercados y farmacias.

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Los venezolanos consumimos en el mundo el mayor número de medicinas. Es un uso no racional de medicamentos”.Luisana Melo, Ministra de Salud

La salud, en particular, enfrenta una compleja situación debido a una severa escasez de medicinas, insumos y repuestos para equipos médicos, que se agravó en los últimos dos años a la par de la caída de los precios del petróleo.

A ello se suman los problemas en la producción de combustible. Amuay, la mayor refinería de Venezuela, está procesando 320.000 barriles de crudo por día, un 49,6% de su capacidad, tras un apagón que afectó en enero pasado a su craqueador catalítico, maquinaria que es parte del procesamiento de petróleo, según el líder sindical Iván Freites, quien citó un reporte interno de la planta. El dirigente dijo también que la refinería contigua, Cardón, está produciendo 180.000 barriles por día, 58% de su capacidad.

Evolución del pollo a la brasa

La falta de confiabilidad de algunos analistas del índice oficial de precios que refleje la inflación por productos ha hecho surgir iniciativas como la del periodista Luis Carlos Díaz, quien reportó con fotos la evolución del costo de un pollo a la brasa en un restaurante de Caracas por el que pasa todos los días.

En octubre de 2013 costaba 199 bolívares. Casi dos años después, en julio de 2015 y tras doce fotos publicadas en su cuenta de Twitter con 85 mil seguidores, el mismo pollo en la misma tienda costaba 1.390 bolívares.

Esto ocurrió luego de que desde diciembre de 2014, el BCV no había publicado datos sobre la inflación. “Los venezolanos (...) creamos nuestros propios indicadores, que tal vez no concuerdan con los agregados macroeconómicos, pero es lo más cercano a un registro de inflación cuando no se publican los datos oficiales”, explica Anabella Abadi, economista venezolana, del grupo consultor ODH. Las fotos de Díaz conforman el Índice de Pollo en Brasas, que tiene hasta sigla: IPB en las redes sociales.

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El control de precios y la nacionalización de las redes de distribución de alimentos ha provocado que las filas sean mayores en los supermercados y en las tiendas de la red pública. Allí se puede conseguir un pollo crudo hasta en un 80% menos de costo que en un local privado.

Los revendedores (llamados bachaqueros) hacen esperas de hasta siete horas e incluso una noche para comprar estos productos. El Gobierno anunció el miércoles la intervención de esta red que viene de las expropiaciones realizadas por Chávez tras reconocer que hay corrupción entre sus funcionarios.

El ministro de Comercio Exterior, Jesús Farías, tiene su propia lectura de la crisis que vive el país. En entrevista con el canal de televisión Venevisión dijo el jueves pasado: “El modelo ya no funciona, no el modelo socialista como algunos dicen, es un modelo rentista, un modelo dependiente y un modelo que también podemos definirlo capitalista, eso fracasó, y ese fracaso se ha traducido en esta situación”. (I)

Existen estrategias e impactos desestabilizadores que persiguen derrocar al gobierno de Nicolás Maduro”.Jesús Farías, Ministro de Comercio Exterior