Desde que se graduó de bachiller hace tres años de los 22 que tiene, Kevin ha ayudado a su papá en una zapatería, pero desde noviembre último busca un empleo formal que le garantice el pago de un sueldo mínimo con acceso a seguridad social: “He dejado cuatro hojas de vida, pero no me han llamado”, afirma en medio del tráfico del centro de Guayaquil, ciudad que registra el 4,75% de desempleo a diciembre pasado, la tercera tasa más alta después de Ambato y Quito, pero que tiene la segunda más alta en empleo inadecuado (38,22%) de las cinco urbes de las que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) presenta los resultados de esta medición.