En su primer libro como pontífice, el papa Francisco explica por qué enfatiza el carácter misericordioso de la Iglesia católica, diciendo que Dios no se cansa jamás de perdonar y que de hecho prefiere a los pecadores que se arrepienten en lugar de a los moralistas farisaicos que no se arrepienten.

"El Nombre de Dios es Misericordia", una conversación de 100 páginas con el periodista italiano Andrea Tornielli, será publicado en los próximos días en 86 países, coincidiendo como parte del Año de la Misericordia proclamado por el papa. Un ejemplar del libro fue entregado a The Associated Press el domingo.

En el libro, Francisco condena a quienes llama "académicos de ley": los doctrinarios rigurosos que a lo largo de la historia de la Iglesia han cuestionado el mensaje de Jesús de amor incondicional y misericordia, incluso hacia los peores pecadores. Dice que a menudo esos cristianos farisaicos son hipócritas, usando la ley para ocultar sus propias "heridas profundas".

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"Esos son hombres que viven apegados a la letra de la ley pero que olvidan el amor, hombres que solamente saben cómo cerrar puertas y trazar límites", dijo Francisco.

El papa ha molestado a muchos conservadores con sus frecuentes desestimaciones de los argumentos legalistas y teológicos que dan más importancia a la doctrina que a su mensaje pastoral de bienvenida y misericordia para los marginados de la sociedad.

Ese choque de enfoques ha sido especialmente evidente en recientes debates de la iglesia sobre el matrimonio y el divorcio.

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"Debemos evitar la actitud de quienes juzgan y condenan desde las enormes alturas de sus propias certidumbres, buscando la astilla en el ojo ajeno mientras ignoran la viga en los propios", dice Francisco. "Recordemos siempre que Dios disfruta más cuando un pecador regresa que cuando 99 justos no muestran necesidad de arrepentirse". (I)