El presidente electo de Argentina, Mauricio Macri, mantuvo ayer un breve encuentro a solas con la mandataria saliente Cristina Fernández para acordar la transición de mando que se concretará el 10 de diciembre.

La cumbre duró unos 40 minutos en la residencia presidencial de Olivos, suburbio al norte de la capital. No trascendieron detalles oficiales sobre lo conversado por ambos dirigentes ni imágenes del encuentro.

Al retirarse, Macri dijo en un breve contacto con el canal Telefé que el encuentro había sido “muy cordial” y que conversó con Fernández sobre “la ceremonia” de traspaso de poder, que tendrá lugar en el Congreso.

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Macri, el conservador que ganó la segunda vuelta electoral el domingo pasado y puso fin a doce años de gobierno kirchnerista, salió de la residencia y quiso ofrecer una rueda de prensa, pero fue imposible ante el tumulto de periodistas, policías y curiosos apostados en el lugar. La oficina de prensa de la residencia de Olivos no fue habilitada para la ocasión.

Hay “un nivel de desinformación muy grande en términos de realidad económica”, señaló el líder del frente opositor Cambiemos, quien derrotó en las urnas al oficialista Daniel Scioli, del peronista Frente para la Victoria.

En su primera conferencia de prensa como presidente electo la víspera, Macri manifestó su preocupación por el estado de la economía al hacer hincapié en la necesidad de corregir el retraso cambiario del peso respecto del dólar, unificar los distintos tipos de cambio vigentes, desactivar las restricciones a la compra de divisas y aumentar las alicaídas reservas del Banco Central, estimadas en unos 26.000 millones de dólares.

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Un millonario, guapo y famoso, distante de los problemas de la gente y que el año pasado tenía el 13% del apoyo electoral, ese fue Mauricio Macri, el candidato que debió ser reinventado para dejar de dar miedo a los pobres y a las clases populares. Lo logró y el artífice de ese cambio fue el estratega ecuatoriano Jaime Durán Barba, quien diseñó al nuevo Macri, publicó diario español El País en su web.

Atrás quedaron la timidez y la agorafobia que le dejó un secuestro en 1991 y entró la mano de Durán Barba. Macri escogía a amigos en Facebook y los visitaba en sus viviendas para que le contaran sus problemas, también visitaba casa por casa. Todo quedaba grabado en imágenes y luego publicaba los emotivos encuentros en la misma red social. Haber sido el presidente de uno de los famosos equipos de fútbol en Argentina fue la faceta más popular que también explotó el consultor ecuatoriano, ahora más cotizado por el éxito de su cliente argentino. (I)