Un aparente descuido terminó el pasado lunes con la vida de un niño de un año y siete meses. El pequeño falleció en el hospital Roberto Gilbert, de Guayaquil, a donde fue transferido desde una casa de salud de Machala, en El Oro.

Manuel V., primo del padre del infante, contó ayer que el pequeño sufrió quemaduras de segundo grado luego de que le cayó encima un olla de sopa hirviendo.

La tragedia ocurrió a las 18:30 del pasado viernes en la casa del menor, ubicada en la parroquia La Peaña, del cantón orense Pasaje. Manuel relató que ese día la madre del menor estaba preparando la merienda y que una vez que la sopa hirvió apagó la hornilla.

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No obstante, al poco tiempo, el niño se acercó al sitio y al abrir la puerta del horno, la olla perdió estabilidad y se volteó sobre el pequeño.

Los gritos de la víctima alertaron a la progenitora, quien estaba también al cuidado de sus otros dos hijos de 4 y 7 años. Enseguida el niño fue trasladado a un centro de salud de la localidad, de donde lo derivaron a una clínica de Machala y luego a Guayaquil, donde murió a las 17:00 del lunes.

Familiares de la criatura indicaron que esta se quemó parte de la cara y el cuerpo. Ayer, en la morgue de la Policía, los padres del niño no quisieron recordar lo ocurrido.

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Luego de la entrega del cadáver, tenían previsto trasladarlo hasta su natal Pasaje, donde iba a ser sepultado. (I)

Los padres deben tener un lugar seguro, como el corral, para dejar al niño mientras están en la cocina o tenerlo bajo supervisión de un adulto.Ana María León, directora del Centro de Desarrollo Comunitario