El rechazo a las enmiendas constitucionales congregó ayer a varios líderes de la llamada ‘resistencia’: Ernesto Gallo, Fausto Cobo, César Carrión, César Montúfar, César Monge, Freddy Bravo, Lucía Cardoso, Betty Amores, entre otros.

No asistieron Carlos Pérez Guartambel, Salvador Quishpe, Guillermo Lasso, Cléver Jiménez y miembros de la Coordinadora de Movimientos Sociales de Loja (como UNE, FEUE, FESE, trabajadores y otros).

En la reunión compartieron criterios entre distintos actores de varias tiendas políticas, diferentes ideologías, frentes sociales y gremiales, que representan a diversos grupos ciudadanos “con inquietudes similares ante el fracaso del modelo económico del actual régimen y su intención de reformar la Constitución a espaldas de los ecuatorianos”, dijo Gallo, coordinador del evento.

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Al final emitieron el Compromiso de Loja, en el que rechazan que se haya impedido las consultas populares para tratarlas y exigen el archivo del proyecto.

Demandan al Gobierno que se enfoque en resolver la situación económica. Y hacen un llamado a todos los sectores políticos a juntar esfuerzos y consolidar el diálogo.

Monge comentó que tras ese encuentro seguramente seguirán “teniendo ciertas diferencias, pero pese a ello el país y el momento ameritan este ejercicio para el futuro de todos”.

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“Todos tenemos claro que de las 16 reformas constitucionales hay una que es la que más le preocupa al régimen y esa es aquella que intenta imponer el esquema venezolano de la reelección indefinida y candidatos de por vida. Pero este que parece es un tema político, hoy ya no lo es, es un tema económico, de supervivencia”, sostuvo.

Y explicó que Lasso no acudió por “un tema médico (que) lo ha obligado a extender su permanencia en el exterior”.

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Mientras, Freddy Bravo, del grupo que busca su registro Adelante Ecuatoriano Adelante (del anterior Prian), dijo “que las protestas se van a desbordar como los ríos”.

Betty Amores, exlegisladora que antes era de AP, indicó que “han creado con empleados a sueldo organizaciones paralelas en todos los sectores, de obreros, campesinos, maestros, servidores públicos y hasta los periodistas, con los cuales pretenden debilitar la voz del pueblo y convertirlos en absurdos y sumisos servidores”. Y, para ella, “se concentra el poder en la persona de un solo sujeto. Buscan hacer desaparecer toda voz que los interpele y que los cuestione a través de la persecución judicial, el miedo, la deslegitimación electoral o el uso y las normas de los jueces en los procedimientos judiciales”. (I)