Por haber nacido el 24 de diciembre de 1821 Gabriel García Moreno estaba próximo a cumplir 54 años y a comenzar un tercer periodo como mandatario de la República, cuando la tarde del 6 de agosto de 1875, al pie del Palacio Presidencial, en Quito, cayó asesinado víctima de una conjura política a la que se sumó su enemigo personal, Faustino Lemus Rayo.

Diversas causas determinaron el episodio, un magnicidio, pero prevalecieron las de carácter político; Rayo estimó propicio para su venganza el plan de un grupo de jóvenes liberales que no simpatizaban con la actuación del polémico mandatario guayaquileño y así se convirtió en uno de los directos ejecutores del ataque.

García Moreno fue calificado de intransigente, fanático, teocrático, déspota y conculcador de elementales libertades ciudadanas, por lo que enfrentó los ataques de escritores, periodistas, pensadores, etcétera, que rechazaron los apresamientos, destierros y fusilamientos a los que recurrió en su gestión.

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Fue jefe supremo y presidente interino, ejerció la primera magistratura (1861-1865; 1869-1875). Impulsó numerosas obras para la educación, artes, vialidad y otros campos.

Consta en biografías y forma la memoria nacional. Hay quienes lo aplauden y otros que critican severamente sus excesos. En los últimos años aparecieron los libros Expiación, de Juan Ortiz García; Sé que vienen a matarme, de Alicia Yánez Cossío, y García Moreno, de Hernán Rodríguez Castelo, sobre el personaje cuya memoria perpetúan monumentos, centros de enseñanza y calles. (I)