La temperatura de las movilizaciones no bajó tras la visita de Francisco. Por el contrario: ayer las organizaciones sindicales e indígenas ratificaron su decisión de convocar al denominado “paro nacional del pueblo”, que se realizaría entre la primera y segunda semana de agosto próximo, alentados por el mensaje papal de “ponerse de pie con dignidad”.

Pablo Serrano, presidente de turno del Frente Unitario de Trabajadores (FUT), afirmó que la llegada del pontífice no alteró su agenda de diversas convocatorias con miras a lo que será la jornada del paro.

El dirigente recordó que la movilización del 2 de julio pasado fue pacífica y cuestionó las declaraciones del ministro del Interior, José Serrano, cuando acusó a los sectores sociales de pretender dar un golpe de Estado. “No puede ser posible que se llame al diálogo y que al mismo tiempo salgan a los medios a calumniar”, destacó.

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Serrano afirmó que el colectivo de organizaciones sociales no rehúye al diálogo. “Y si tienen que estar en las mesas convocadas por el Gobierno, estaremos con los puntos en la plataforma de lucha, y será únicamente con el presidente de la República, y no nos reuniremos con los ministros ni con los asambleístas”, subrayó.

Ayer los dirigentes de las organizaciones sindicales adscritas al FUT y al movimiento indígena se reunieron para ratificar las diferentes acciones de lucha en preparación del paro, entre ellas las convocatorias a plantones y marchas en varias provincias, aunque no adelantaron las fechas.

El próximo lunes se volverán a reunir en la sede de la Cedocut en Quito, donde aspiran a plantear una fecha definitiva del paro, según el FUT. En esa cita, además, se decidirá la “agenda programática”.

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Mientras, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) tampoco postergará la organización de sus movilizaciones contra el régimen, según el dirigente Severino Sharupi.

Sharupi anunció que los próximos 17 y 18 de julio se instalará la Asamblea de los Pueblos en la comunidad salasaca, en Ambato, para definir la fecha del paro nacional; y la lista de reclamos contra el régimen, entre ellos el cierre de las escuelas bilingües, la intromisión en los territorios amazónicos por la extracción minera y petrolera; y el trámite de la Ley de Tierras, que está en fase de consulta prelegislativa.

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El dirigente indicó que si el Gobierno los llama al diálogo, “dará una respuesta en el momento que se produzca”, sin hacer precisiones. (I)