Analistas políticos coinciden en que las marchas, que desde hace tres semanas se han realizado en distintas ciudades del país, son “el reflejo de un descontento ciudadano” que se mostró en las elecciones de febrero del 2014.

Cuando en urbes como Guayaquil, Quito, Machala y en la provincia del Azuay triunfaron los no afines al oficialismo.

En los últimos días se vio que las autoridades de estas mismas localidades: los alcaldes de Guayaquil, Jaime Nebot (PSC-MG); de Quito, Mauricio Rodas (SUMA-Vive); de Machala, Carlos Falquez Aguilar (PSC), y el prefecto de Azuay, Paúl Carrasco (Participa-Igualdad), convocaron o se sumaron a dichas manifestaciones.

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Simón Pachano, uno de los analistas, considera que estas manifestaciones han sido espontáneas de los ciudadanos y que son ellos, que buscan a “alguien” que los lidere, por eso es que “los políticos se subieron a esta ola (marchas)”.

“Creo que es un fenómeno que está diciendo hasta aquí llegó, es decir está bien su Gobierno, ha hecho obras, pero no queremos este otro tipo de cosas, que es una intervención estatal, un modelo venezolano, en fin”, explica Pachano.

No descarta que cualquiera de estos políticos “aproveche el momento”, en cuanto al proceso electoral del 2017, pero reitera que las movilizaciones “no nacieron para eso”.

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“Las marchas empezaron como protesta de la gente, sin ningún liderazgo, después aparecen ellos. Como todo político en todo el mundo quiere aprovechar de un movimiento de esa naturaleza”, refiere, al reiterar que en el caso de Nebot y Carrasco “no es la primera vez” que convocan a marchas.

Mientras que, para el analista político Felipe Burbano de Lara, las “elecciones todavía están muy lejos”.

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“No está en juego lo electoral, sino el momento actual del país. Un momento distinto que ha obligado a tomar posiciones a todos los sectores, trabajadores, organizaciones y movimientos sociales y populares, alcaldes, ciudades (...)”, señala.

Hace cuatro meses Nebot, Rodas y Carrasco promovieron una unidad que tiene como objetivos defender la democracia y las libertades, enfrentar la crisis económica y trabajar mancomunadamente respetando las diversidades.

Respecto a esto, Pachano y Burbano también concuerdan en que las movilizaciones no están relacionadas con este frente, y tampoco se puede atribuir a “una acción deliberada de estas autoridades”.

“No es oportunismo, sino sintonía. Se ha dado una articulación entre dos fenómenos, las marchas y la postura crítica de la unidad, que tiene como denominador común el rechazo al gobierno de Correa”, agrega Burbano. (I)

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Somos ecuatorianos que representamos a gente que quiere protestar, rechazar el país que le quieren imponer. Cada ciudad tiene su forma peculiar de actuar (...)”.Jaime Nebot Alcalde de Guayaquil