Críticas contra la corrupción, demandas de un juicio político contra la mandataria Dilma Rousseff y hasta pedidos de una intervención militar se escucharon ayer entre los miles de manifestantes que salieron a las calles de Brasil.

En Río de Janeiro, la protesta reunió a 10.000 personas, según reportes de medios locales. “Vinimos por todo lo que está sucediendo en Brasil. El pueblo tiene que mostrar persistencia y manifestar su indignación”, dijo Dianira, instructora de yoga de 75 años.

En Brasilia marcharon unas 25.000 personas en clima festivo y familiar, entre skaters y vendedores ambulantes con carros de comida humeante.

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Las manifestaciones ocurren un mes después de que 1,7 millones de personas salieran a las calles a lanzar consignas contra la mandataria que entra al cuarto mes de su segundo mandato con la popularidad por los suelos. El índice de aprobación es del 13 % tras el escándalo de Petrobras celebraba con las principales constructoras del país.

Como en la anterior protesta, muchos manifestantes vistieron la camiseta amarilla y verde de la selección brasileña y reclaman el impeachment (juicio político) de la presidenta que comenzó su segundo mandato hace poco más de tres meses.

Según los organizadores de la convocatoria, también hubo marchas en ciudades del nordeste como Salvador y Belem y Belo Horizonte. (I)