El ataque militar colombiano a un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Angostura (Sucumbíos), en el 2008, habría revelado la falta de medios operativos que enfrentaban las Fuerzas Armadas, según el general en servicio pasivo Ernesto González y exjefe del Comando Conjunto.

Esta opinión consta en el libro Testimonio de un comandante, de su autoría y que se presentó el jueves pasado.

A más del caso Angostura, en el texto González también se refirió a otros temas, como la sublevación policial del 30 de septiembre del 2010; su versión generó polémica esta semana.

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El exmilitar señaló que se trasladó a Lago Agrio con los exministros de Gobierno y de Defensa Gustavo Larrea y Wellington Sandoval, y el exviceministro de Gobierno José Ignacio Chauvin.

Al llegar, contó, no encontraron las computadoras, documentos u otros objetos de importancia, pero sí un escenario “duro y desagradable” con los “cadáveres destrozados” de 26 personas que se encontraban en el sitio del bombardeo, entre ellos, alias Raúl Reyes, uno de los líderes de las FARC.

González era entonces jefe de Estado Mayor del Ejército y opinó que ese suceso pudo evitarse si hubieran contado con “medios aéreos indispensables”, que supuestamente venían solicitando un año atrás, es decir, desde el 2007, cuando Rafael Correa asumió el poder.

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En una entrevista de televisión, el pasado miércoles, Correa explicó que en el 2007 había otras prioridades. “Tal vez el general dice que desde el 2007 no los atendieron, pero cuando se encuentra un país hasta con las lámparas de los quirófanos quemadas, sin escuelas, sin nada, ¿cuál es la prioridad? ¿tanques o colegios? ¿balas o carreteras?”, justificó.

Tras el bombardeo, el Gobierno dispuso la creación de dos comisiones, una para investigar una supuesta infiltración de Estados Unidos en inteligencia militar y policial; y otra para el ataque colombiano.

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González recordó que las investigaciones concluyeron que no hubo infiltración directa de EE.UU., sino cooperación.

Francisco Huerta, quien presidió la segunda comisión, indicó que esa falta de cooperación ahora afecta al país. “La declaración que dimos entonces sorprendió al país pero el tiempo la ha corroborado: estamos en riesgo de convertirnos en una narcodemocracia”.