El exjefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, general Ernesto González, afirmó ayer que fue el presidente de la República, Rafael Correa, quien ordenó su rescate del hospital de la Policía Nacional, el 30 de septiembre del 2010, día de la sublevación policial.

Esas revelaciones están en su libro Testimonio de un Comandante, que será presentado mañana, a las 19:00, en la Asociación de Generales y Almirantes de las Fuerzas Armadas.

Resaltó se trabajó en equipo con los comandantes de las fuerzas del momento, y relató lo que hizo cuando estuvo en la sala de operaciones el ministro de Defensa de entonces, Javier Ponce, habló con Correa:

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“Pedí hablar con él, y me indicó la situación que estaba viviendo y dispuso que se le rescate de inmediato; una situación que no podemos hacerla de inmediato, estábamos analizando y planificando, pero la ejecutamos; pero no debemos olvidar que estábamos en un estado de excepción firmado por el mismo presidente, en donde disponía que las Fuerzas Armadas controlen el sistema de seguridad, particularmente, en Quito, y eso implicaba que el presidente salga en condiciones de seguridad de donde se encontraba”.

González recordó que no se imaginaron una respuesta tan violenta del personal que estaba en rebelión, y cuando visitó las tropas en el colegio Militar, motivó a los uniformados porque sabía lo que estaba en juego: la vida del presidente.

E insistió que personalmente no conoció ni tuvo conocimiento de inteligencia militar que se gestaba un golpe de Estado.

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En su libro usa la palabra “retenido” antes que “secuestro”. “El concepto de secuestro, pienso que no calza en esa situación vivida, pues se debe recordar que el presidente estuvo en contacto con muchas personas, ministros y dio ruedas de prensa a canales nacionales e internacionales, y expidió el decreto de emergencia”, señaló.

Aclaró que no hubo diferencias con Ponce, y que cuando se preparó la rueda de prensa se demoró un poco más de tiempo de lo normal; “y ahí el ministro salió molesto, en el entender de él yo pienso que primó que nosotros estábamos quemando tiempo, pero lo que estaba de fondo era si el jefe del Comando Conjunto se desdice o no de la Ley de Servicio Público”.

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González habló ayer con Ecuavisa. No ha querido dar una entrevista a este Diario. Ayer se buscó una reacción de Ponce, pero se indicó que ha dispuesto que cualquier entrevista se canalice a través de la Secretaría de Comunicación.

Para el militar en servicio pasivo, Fidel Araujo, las declaraciones de González ratifican lo que fue un acto negativo y fortuito, por la inconformidad al veto de la Ley de Servicio Público. Es poco optimista de que sean valoradas en el campo judicial: “Hay un ingrediente político que no permite dilucidar la realidad de los hechos”.

Aunque César Rodríguez (antes AP) considera que el presidente no tenía libertad de movimiento, concuerda en que “nunca se estableció una figura de un secuestro”. Pero cree en la tesis del golpe de Estado, pues la Policía cerró la Asamblea y esta dejó de funcionar. (I)

Las declaraciones de González permiten ratificar más que lo que realmente pasó ese funesto 30 de septiembre fue un acto fortuito por parte de la Policía Nacional”.Fidel Araujo, mayor retirado