Calles y discotecas son los sitios que mayores facilidades prestan para acceder a sustancias ilícitas en Ecuador. Así lo refleja el Cuarto Estudio Nacional sobre Uso de Drogas en la población de entre 12 y 65 años, presentado por el Consejo Nacional de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas (Consep), en noviembre pasado.

De 10.976 personas consultadas en 53 ciudades durante el 2013, el 57 % reconoció que drogas como la marihuana o la cocaína se consiguen en las calles a través de los denominados brujos (microtraficantes) o en sitios de diversión.

En Quito se han identificado al menos 51 barrios donde hay acentuada presencia de microtraficantes, según un estudio del 2011 del Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana. Las zonas más conflictivas son: Centro Histórico, Carapungo, en el norte; La Michelena, en el sur, y La Mariscal.

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En esta última no es extraño encontrar especialmente a mujeres expendiendo droga. A veces sin hablar, solo hacen gestos o emiten sonidos para concretar la venta.

El jueves pasado EL UNIVERSO constató que en 30 minutos una microtraficante, en Amazonas y Foch, esquina, vendió alcaloide a un taxista, a un motociclista con traje de guardia de seguridad, a dos extranjeros y a un grupo de estudiantes.

La técnica es simple. Cuando llegan en carros hacen cambio de luces. El chofer se estaciona metros más adelante y la mujer se acerca para hacer negocio.

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Cuando el ‘cliente’ llega a pie primero hace contacto visual con la vendedora. Luego ambos se encuentran y se produce la venta con un cruce de manos.

El sondeo del Consep examina también la facilidad para conseguir droga. El 35,2 % de los consultados dijo que le sería fácil obtener marihuana; el 29,2 % inhalantes y el 23 % cocaína.

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Estas cifras no sorprenden a Luis, morador de Carcelén, en el norte de Quito, quien comentó que con la construcción de una pista de patinaje en la zona, la situación empeoró.

“A diario llegan en carros, motos, bicicletas, hombres y mujeres desde los 12 años para comprar la droga. No les importa que los veamos. Los policías dicen que no pueden hacer nada porque siempre que los atrapan tienen la dosis de consumidor”, señaló el morador.

Los resultados de la encuesta especifican que el 30,4 % señala que puede adquirir las sustancias en la calle; el 17,7 % en bares, karaokes o discotecas. En tanto, el 27,2 % indicó que la obtiene por regalo o comprando a un familiar o amigo.

Para combatir este delito, el Ministerio del Interior creó la Subdirección Antinarcóticos que empezará en el 2015.

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César Navas, ministro coordinador de Seguridad, señaló que el plan es ubicar en calles, plazas y unidades educativas a agentes de inteligencia policial y de las Fuerzas Armadas.

El objetivo es llegar a los mayoristas, “porque a los vendedores que expenden fuera de los colegios alguien más les debe dar el producto”, dijo Navas.