Luego de 3 noches de protestas contra la impunidad policial, un centenar de personas participaron ayer en Nueva York en el funeral de otro joven negro desarmado que fue victimado por un oficial blanco, un nuevo y controvertido caso que será tratado por un jurado popular.

Akai Gurley, de 28 años, murió de un balazo de un oficial blanco en las escaleras de un complejo habitacional de Brooklyn el 20 de noviembre. Gurley era “totalmente inocente”, admitió el jefe de la Policía de Nueva York, Bill Bratton.

Su caso se suma al de Eric Garner, el afroamericano que murió en julio pasado en Nueva York tras ser tomado por el cuello por un oficial blanco en un violento arresto, calificado de homicidio por los forenses.

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El fiscal de Brooklyn, Ken Thompson, anunció que pedirá la formación de un jurado popular para analizar la evidencia de lo ocurrido con Gurley.