El presidente Rafael Correa defendió ayer la intención de fijar un tributo a los “consumos nocivos”, al argumentar que favorecerá la producción de la gastronomía tradicional.

En una entrevista con medios de comunicación en Guayllabamba (norte de la ciudad), donde se realiza hasta hoy el gabinete itinerante, Correa señaló: “No estamos hablando de la producción artesanal, (...) no estamos hablando del barcito de Guayllabamba que prepara a mano sus cosas, estamos hablando de estas grandes cadenas donde se mete la carne en cacerolas repletas de aceite usado una y otra vez que son un atentado a la salud pública, más aún cuando tenemos comida tan rica en Ecuador”.

Según el jefe de Estado, todo impuesto tiene doble efecto: recaudatorio y de sustitución. “La gente deja de consumir tanta hamburguesa McDonald’s, Burger King (...) y van a consumir cebiche de la Rumiñahui, que es mucho más sano y es ecuatoriano (...), favorece la producción de nuestra comida, gastronomía tradicional”.

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El mandatario refirió que en otros países, como Francia, ese tipo de gravámenes ha tenido muy buenos resultados.

Agregó que las muertes en el país se están produciendo por enfermedades como la diabetes y problemas cardiovasculares, por exceso de grasas.

Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), 8.884 personas fallecieron en el 2013 por diabetes mellitus y enfermedades hipertensivas.

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“La gente se nos está muriendo por mala alimentación, no por falta de alimentación”, indicó Correa.

En un conversatorio con medios de comunicación en Guayaquil, el pasado jueves, el presidente ratificó la intención de diseñar un impuesto exclusivo para consumos nocivos.

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“El impuesto a la comida chatarra ya existe y es el Impuesto a los Consumos Especiales (ICE), que también es un impuesto para productos de lujo y suntuarios”, manifestó.