El presidente de turno de la Organización para la Cooperación y Seguridad en Europa (OSCE) y jefe de la diplomacia suiza, Didier Burkhalter, explicó hoy al Consejo de Exteriores de la Unión Europea (UE) su hoja de ruta para poner fin a la crisis ucraniana y sentar las bases de la paz.

Burkhalter, que fue invitado por los ministros europeos para discutir sobre los últimos acontecimientos en Ucrania, dio detalles del plan distribuido ya el pasado miércoles a las partes que se reunieron en Ginebra el 17 de abril para tratar de buscar una salida negociada a la crisis.

Destacó que la hoja de ruta responde a la "urgencia" de la situación, dado que no se ha puesto fin a la escalada de tensiones tangible tras el 17 de abril ni un consenso sobre cómo aplicar ese acuerdo.

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Consta de cuatro partes: la no violencia, el desarme, el diálogo nacional y las elecciones presidenciales programadas para el próximo 25 de mayo, indicó.

Burkhalter aseguró ante la prensa que para poner en marcha un diálogo nacional es "muy importante tener respaldo de los cuatro de Ginebra": Rusia, Ucrania, EEUU y la UE.

"Hemos visto en Moscú que hay apertura para el diálogo", indicó, y añadió que "a corto plazo significa que Rusia quiere claramente tener una señal de inclusividad, que tengamos en cuenta que hay gente que piensa de otra manera en el este de Ucrania y que tienen que tener una voz en el diálogo nacional".

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Evitar violencia

Burkhalter destacó que todas las partes deben evitar la violencia, la intimidación y las acciones provocadoras, y que todos los actos de violencia deben ser investigados rápidamente.

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También indicó que los referendos organizados el domingo por prorrusos en regiones del este del país fueron "incompatibles con la Constitución ucraniana y, por tanto, ilegales", y que constituyen "el tipo de acción provocadora que debe evitarse".

Valoró que la posición de Rusia sobre las consultas sea de "respeto" pero "no de reconocimiento".

También instó al Parlamento ucraniano a "garantizar la inmediata adopción" de una ley de amnistía para los manifestantes prorrusos que hayan abandonado los edificios que habían tomado y entregado las armas, a excepción de los que hayan cometido crímenes capitales.

En segundo lugar, la hoja de ruta pide la "inmediata aplicación de medidas que alivien la situación", para lo cual la misión de observación que tiene la OSCE desplegada sobre el terreno -con unos 200 expertos internacionales- reforzará sus capacidades.

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La tarea principal de esa misión de observación es recabar hechos e informar de forma objetiva sobre la situación de seguridad en Ucrania.

Diálogo

La tercera parte del plan hace referencia a la necesidad de establecer un "amplio diálogo nacional" que alcance a "todas las regiones de Ucrania y grupos políticos".

"Un amplio debate sobre asuntos como la descentralización y el estatus de la lengua rusa es indispensable para un proceso constitucional inclusivo, transparente y responsable", dijo Burkhalter.

Para ello, la OSCE propone crear inmediatamente "mesas redondas públicas de alto nivel", nombrar una figura pública ucraniana bipartidista como moderador y a un representante de la OSCE como moderador adjunto, completar esas discusiones con reuniones en los ayuntamientos e implicar más al Parlamento nacional en cada región.

Por último, la OSCE apuesta por la celebración de unas elecciones presidenciales el 25 de mayo "libres y justas de acuerdo con los estándares acordados internacionalmente", que considera "esenciales para estabilizar la situación".

A invitación de Ucrania, la organización observará esos comicios con cien efectivos a largo plazo que ya han sido desplegados en el país y otros 900 a corto plazo que llegarán poco antes de la fecha electoral.