En la Asamblea está pendiente el análisis de una reforma al Código de la Democracia, que por mandato no podrá empezar hasta después de los comicios seccionales del 2014.

El Ejecutivo y el Consejo Nacional Electoral (CNE) han planteado la necesidad de introducir cambios a la norma.

El primero formalizó su pedido el pasado 24 de septiembre cuando remitió al Legislativo un proyecto reformatorio. El segundo elabora un texto.

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El presidente Rafael Correa solicitó agregar un inciso al actual artículo 96, que dicta quiénes no podrán ser aspirantes.

Propuso prohibir la inscripción de quienes sean parientes hasta cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad del Presidente o Vicepresidente de la República, ministros de Estado y de quienes ejerzan la Función Ejecutiva en los gobiernos locales, siempre y cuando ­dice el documento­ sean de la misma agrupación por la cual “los indicados mandatarios” fueron elegidos.

En el Consejo de Administración Legislativa (CAL) existen visiones divididas.

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El vocal y asambleísta Ricardo Moncayo (CREO) afirma que al pedido “no se le dio curso” porque el actual Código impide aprobar este tipo de reformas en época electoral. Dice que el proyecto no fue aprobado ni rechazado.

Su colega del CAL, Virgilio Hernández (AP) asegura que sí fue calificado, pues cumplió los requisitos. Explica que no fue enviado a la comisión pertinente para “su juzgamiento” por la prohibición legal existente.

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De otra parte, una comisión del CNE alista un propuesta para reformar varios artículos, según el coordinador de participación política, René Maugé.

“El CNE considera que el actual Código merece una revisión completa”, dice, sin precisar los cambios.

Sin embargo opina que agregar otras prohibiciones a la inscripción de listas “sería absurdo, porque se lesionarían los derechos políticos de los ciudadanos”. Aclara que desconoce el texto del Ejecutivo.