La empresa petrolera estadounidense reaccionó este martes, luego de que el presidente Rafael Correa recorriera zonas amazónicas, como parte de su campaña "la mano sucia de Chevron", para demostrar la contaminación que dejó la compañía durante una década de explotación petrolera en el pozo Aguarico 4, en Sucumbíos.

"(El presidente) les ofreció a la prensa en su recorrido un relato distorsionado e incorrecto de la historia de esos sitios y de quién es responsable por cualquier impacto ambiental presente. Como es sabido, Texaco Petroleum Company (TexPet) remedió su parte de los sitios afectados en el área de la antigua concesión Petroecuador-Texaco, reparando 162 piscinas y seis áreas de derrame conforme el acuerdo del 1995 con la República de Ecuador", señaló James Craig, asesor de comunicaciones para América Latina de la Chevron.

Y agregó que en 1998, la compañía fue liberada "completamente de toda responsabilidad futura por el gobierno y Petroecuador, al haber cumplido exitosamente con los términos de ese acuerdo".

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Por lo que afirmó que "cualquier impacto existente en la región es de exclusiva y total responsabilidad de Petroecuador y del gobierno ecuatoriano", lo que según la Chevron, "las autoridades de ese país han reconocido públicamente y en privado en varias oportunidades".

El  presidente Correa y sus invitados recorrieron el pozo Aguarico-4 (AG-4) desde donde, en la televisora nacional, presentó información incorrecta sobre la labor de Texaco, señaló Craig.

Según Chevron, la verdad del Aguarico 4 es que Petroecuador lo convirtió en pozo reinyector en 2003 y lo reacondicionó por tres ocasiones en 23 años.

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Insistió en que la remediación de piscinas de este pozo es de responsabilidad de la petrolera ecuatoriana porque "incluyó a este pozo en la lista de sitios que debían ser remediados en su proyecto PEPDA (Proyecto de Eliminación de Piscinas en el Distrito Amazónico) en el 2006, 2007 y 2008".

"Esta piscina no formaba parte de las obligaciones de remediación de Texaco Petroleum Company (Texpet), que solo debía remediar los suelos en la plataforma, según el acuerdo de 1995 (Plan de Acción de Remediación) firmado con el Gobierno ecuatoriano. La remediación de Texpet de los suelos en la plataforma del pozo concluyó en 1996, exitosamente. El trabajo fue avalado por técnicos de la Universidad Central, Petroecuador y el Gobierno ecuatoriano", describió el comunicado de la petrolera estadounidense.

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"Curiosamente, los abogados demandantes renunciaron a la inspección judicial al pozo AG-4. Se opusieron a que los peritos de la Corte fueran a inspeccionarlo y hoy, como parte de su show mediático, llevan a periodistas, celebridades y políticos, presentándolo –falsamente—como un sitio que Texaco nunca remedió", finalizó el comunicado.