Dos empresas que fueron involucradas en las investigaciones del Departamento de Comercio de EE.UU. que determinaron el arancel que ahora se aplica al camarón nacional se defienden en ese país de lo que ellos aseguran fueron errores.

Del 13,5% de arancel que se colocó, hasta el 3% corresponde a un castigo relacionado con Promarisco y Songa. Según indagaciones publicadas en el Registro Federal de EE.UU., estas recibían subsidios.

Según José Antonio Camposano, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura, esa conclusión es errada.

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Dice que el Departamento de Comercio de EE.UU. escogió a esas dos exportadoras grandes en su investigación.

Explica que en Songa supuestamente se encontró que una empresa relacionada recibió un crédito del Banco Nacional de Fomento, pero en la indagación no se especificó que ese dinero estaba destinado a una hacienda cacaotera. A Promarisco se le atribuyeron seis concesiones camaroneras cuando posee una, debido a un error informático de la Dirección de Espacios Acuáticos.

La mayor parte del arancel se aplicó por una supuesta regulación que prohíbe la exportación de camarón fresco.