"Un proceso de adopción no es fácil. Todo lo contrario... es largo, difícil y duro. La espera se hace casi infinita y estoy segura de que en esa espera, a los padres se les aparecen todos los fantasmas habidos y por haber. Dudas, miedos, sentimientos de si es una buena opción, de si sabrán ser padres, de si querrán a su hijo, de como lo educarán, del proceso de integración en el núcleo familiar; y, sobretodo, imagino que se plantearán las preguntas: ¿Le debemos decir que es adoptado?; ¿Cómo se lo decimos?; ¿Cuándo se lo decimos?