El cambio de matriz productiva que plantea el Gobierno como uno de los ejes medulares de su nueva administración, que inició el 24 de mayo pasado, no se logrará en los próximos cuatro años, según Ana María Larrea, subsecretaria general de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades).

La modificación de la matriz productiva, que consiste en pasar de un país exportador de materia prima (banano, camarón, flores, entre otros) a uno que ofrezca productos con valor agregado, se conseguirá a largo plazo; hasta el 2030.

Sin embargo, según la funcionaria, se dejarán sentadas la bases y direccionado el camino para que ello ocurra. Así, al menos, constará en el Plan del Buen Vivir que en los próximos días será revisado y aprobado por las máximas autoridades de las funciones del Estado.

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El Plan, que esbozó Larrea, constará de tres ejes; de esos, se desprenderán doce objetivos, 83 metas, 11 políticas y 1.089 lineamientos estratégicos. Uno de esos puntos, el décimo, es impulsar la transformación de la matriz productiva. Tarea que será a largo plazo; “no se logrará en los cuatro años pero si se darán pasos importantes, fuertes para ir en ese camino”, dijo la funcionaria.

Cambiar la matriz productiva demandará de cinco ejes. Primero, generar valor agregado, seguido de la construcción de cinco industrias básicas, además de diversificar mercados, sustituir importaciones y generar valor agregado a través del desarrollo científico y tecnológico, de acuerdo con la Senplades.

En tanto que Pabel Muñoz, secretario de la Senplades (e), indicó que los 47 mil millones de dólares que se destinarán en los siguientes cuatro años en inversión pública, abrazará los sectores estratégicos, con prioridad en algunos proyectos como: la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, que ya se construye; la Refinería del Pacífico; algunos proyectos multipropósitos de agua; industrias siderúrgica; metalúrgica; astillero y carreteras. Solo para este año, del monto total de inversión se utilizarán 9 mil millones.